TRAAMS - 4 Songs EP

Cada pequeño resquicio que tenga que ver con TRAAMS siempre es bienvenido, por eso el EP "4 Songs", via Fatcat Records, abre las puertas a cinco años de barbecho físico, que no sonoro, ya que tres de los cuatro temas ya habían salido a la luz, como por ejemplo 'The Greyhound', el cual trae una calma implícita para sus seguidores, algo que van alternando con unos desvarios aterciopelados por la distorsión y los ramalazos vocales de Stuart, dándose cero confrontaciones y una rebeldía acumulada que se resignan a exteriorizar, centrándose más en la jam session genitiva así como parar la maquinaria para cerciorarse a dónde se dirigen, speech mediante, que se enrevesa entre reverberaciones y delays, anotándose el tanto resolutivo de estremecerse en la noche más solitaria, lo que provoca una crecida retribuida capaz de equilibrar la balanza con la que incluso se obligan a meterle una marcha más para que 'IRW' entre como la seda, escenificación etérea que recrimina un tempo maldito a medias ente la relajación más absoluta y el baile de beneplacito, produciéndose una batalla de gallos para ver quien saca el riff más apoteósico o los baquetazos más hirientes, originándose un fuzz de necesidades arcaicas.

'Karma Kat' es lo último en lo que han trabajado, anclaje sobre un pass-by de post-punk adulterado que reclama lo suyo con un garage que levita incoscientemente, pareja balística contemporánea que gracias a la insistencia de los vocales, el solo del manojo instrumental le insufla alas a 'A House On Fire', donde el amor platónico es reducido a una velocidad superlativa, un golpe encima de la mesa que ni siquiera vaticina su golpe maestro, siendo esto solo el calentamiento, ya que cuando entran en faena, exportan unas reverencias cuyos gritos imploran libertad creativa, cuadriculados en tempo mientras su anestesia volcánica musical roza la rayantura, dándose el capricho en la segunda remesa de irse todavía más de madre, aunando una locura enfermiza que a todo volumen incuba la mismísima sonrisa del Joker.




📷 Sam Bailey