El debut de Snõõper para Goodbye Boozy Records es un 7" homónimo, rápido y violento, que dicurre entre punk al que le preceden etiquetas como egg- y chain-, fuzz sintético y un sentido homenaje lo-fi para que todo sea de andar por casa, como 'Fitness', cuyo formato VHS le hace uno bailar de forma obsesiva mientras la caja de ritmos y Connor Cummins (Spodee Boy), a la batería, se baten en duelo instrumental mientras Blair Tramel es la que pone el desorden filtrado y reverberado de los vocales, magia que 'Pod' centrifuga hacia una carga cordal que afecta al sentido de los vocales, centrados al principio en no volar al espacio exterior más de lo debido, señales que 'Fruit Fly' lanza, entrecortadamente, sobre un juego garagero más propio de los 50's, reservándose para que 'Bed Bugs' sea la que les vuelva a poner en órbita, aunque sea por un corto espacio de tiempo, lo justo para empatizar con un cosquilleo instrumental que combate a través de su mástiles en 'Dog', lucha a muerte que saca el animal que llevan dentro para marcar su territorio, en el que la velocidad es el elemento diferencial que los convierte en los férreos defensores del Nashville más underground.