Golpe en la mesa evolutivo de
Mister Strange, cuyo EP
"Nothing At All", via
PNKSLM Recordings, pone al cuarteto de Manchester en un pedestal en el que el fuzz se les empieza a quedar pequeño, como da a entender el tema que da nombre al álbum, donde la psicodelia más ácida, ayuda a construir ese fuerte en el que todo el mundo queda encerrado en Woodstock del 69, desplegando a su voz un rock sin paliativos que les acerca a este siglo y a
'Time Coaster', la cual recorre en furgoneta toda la costa oeste de un caluroso San Francisco que necesita de cerveza, para alcanzar un estado zen que no se entendería sin los riffs de
James,
Ste y
Callum, momento que aprovecha
'Dead Weight' para ponerse la chupa de cuero y sacar a relucir sus pasos de baile prohibidos, manejando
Tomas la situación vocal con una reverberación y un fondo decorado con sus mejores galas post-rock.
Siguiendo la fiesta, 'Crazy Lemon' se viste de héroe callejero, aceptando los halagos de unas idas y venidas que el propio cantante machaca a la batería como medida de despresurización, volviendo así a la algarabía más barriobajera, aunque no tanto como la que deconstruye 'Waiting For The Wall', Ramonada Sex Pistoliana en lo-fi que sacrifica su sonido en pos de una libertad abnegada que clama al cielo de la sabiduría de 'Rat Bench Alley', agujero negro que se distingue a (Thee) Oh Sees y sus primos hermanos, arrastrándonos por un fango sonoro desdoblado en el que las fuerzas fallan a propósito para en la reválida, apuntillar a todos aquellos que dudaban de ellos con un instrumental que podía llevar la etiqueta de King Gizzard & The Lizard Wizard.
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