Kilynn Lunsford - Custodians Of Human Succession

El LP debut en solitario de la vocalista de Taiwan Housing Project, Kilynn Lunsford, "Custodians Of Human Succession", via ever/never records, es un golpe de realidad experimental distorsionada, tal y como augura 'Reality Testing' a través de un post-punk en el que la protagonista, así como sus replicantes, se abonan al spoken word en formato lo-fi, provocando una desbandada jazzística en 'Tammy And Her Friends' para sucumbir con rock sintético ante una sensualidad palpable que coquetea con las propias historias de su lírica, palpitaciones descubiertas en 'Where The Moon Waits' ante una desesperación vocal psicodélicamente adictiva y convertida a la causa de la fascinación en ese mundo paralelo habitado por Animal Collective, determinación necesaria ante ese sacrilegio benedictino que es 'Freshest Test', el cual se contonea a toda prisa por entre muros de lamentaciones y esas luces que la iluminan, acabando en la espacialidad de 'North Sea Shrimps', ochentera y encuadrada entre mitos radiantes de criaturas con formas fuzz, garage y sobre todo, excéntricas.

La deformación de 'Three Babies Make Ten' se centra en un pop reverberado y rebobinado por la sobreexposición, atributos que, acompañados por la repetición de sus elementos, colocan el tema en una situación hipocondríaca con la que 'Vessel Creep' se adentra a invocar al demonio, oportunándolo con una ansiedad de privación alucinógena y una necesidad industrial que acaba con un atropello más que seguro de ese gato avizón que se cruza en su camino, orando por él en formato k-pop en 'No Disabuse', al tiempo que blande la inspiración divina de Die Antwoord en la excentridad, correspondiéndole la del urbanismo monoaural del (des)amor a 'Sewerland', deshaciéndose de él a través de un rap incluido para olvidar, ya que para recordar, en este caso su infancia, está 'Terminator Baby', poligamia de teclados, inquietudes y sueños, encerrados en las 'Local Wall' de su cerebro, volviendo de aquella manera a sus inicios, caja de ritmos y sinte mediante, con los que dibuja ese hábitat natural que para ella, es garantía de supervivencia ante el 'Public Private Dream World' al que todos la quieren mandar, siendo su respuesta para desperar en su universo deseado el pool dance, apoyado en el jazz para no caer en vanidades que pueden ir con ella o no, así que ante la duda, esa es la estación en la que se baja.