Horsegirl - Versions Of Modern Performance

El debut en largo de Horsegirl, "Versions Of Modern Performance", via Matador Records, devuelve el shoegaze a la vida, aunque 'Anti-Glory' se pobla de riffs y distorsión, además de unos vocales, que aunque tiran más por el bedroom-pop, no se encogen de hombros cuando tienen que dar la cara, encerrando en ese momento esa adolescencia que ya queda atrás, buscando un baile maldito que sustituya el post-punk desafiante de sueños enturbados de nueva generación, por ello 'Beautiful Song' se empapa de Preoccupations en la instrumentación y de Braids al micrófono, aunando un entramado oscurantista con vistas a un marcado sentido estructural que no sabe si va o viene, viendo 'Live And Ski' el precipicio de cerca, de ahí que, aunque el miedo a lo desconocido sea menor, las distracciones experimentales aumenten y nos rieguen los oídos con una búsqueda de confianza derrotista que no es tal, sino 'Bog Bog 1' y Just Mustard, enclave intermediario con el que dejase arrastrar por una corriente estilística que lo es todo.

'Dirtbag Transformation (Still Dirty)' se desmelena a través de un rock estimulante que pone los pies en el suelo de aquellos que en los 90's vivieron las mismas indecisiones, efecto grunge de acople sumido en el placebo que supone 'The Fall Of Horsegirl' y esas dudas a las que ganar o imperfecciones a las que remontar, viniendo el apoyo moral por parte de una reverberación incombustible cuya 'Electrolocation 2' se convierte en la salida primitiva de inmunidad para con sus pensamientos, acallando 'Option 8' las voces interiores en una vuelta al ruedo a la última década del siglo pasado, llegando al noise, sobredosis de riffs mediante, que es imposible de detectar para 'World Of Pots And Pans', donde las florituras cordales se ponen al servicio de sus domadoras vocales, Penelope y Nora, difiriendo de ello 'The Guitar Is Dead 3' al entonarse como interludio pianísitco que dirige su cromatismo al de 'Homage To Birdnoculars', retorno a su ser con el speech final made in Sinead O'Brien antes de la entrada triunfal de 'Billy', cuyo entrenamiento psicológico, como arma arrojadiza, bien les vale para seguir realizando malabares puramente shoegaze.