Qué manera tan salvaje de darse a conocer tiene el trío australiano Private Wives, cuyo EP debut, "Bad Taste", via Farmer & The Owl, pone de manifiesto que lo suyo va de riot grrrl, garage y punk, saludando 'Hey Bestie' con una ira que a medida que el tema va avanzando, entra en cólera colectiva vocal, la de Phoebe (guitarra), Lucy (bajo) y Zoe (batería), sacando las cuerdas a pasear una electrificación que hace levantar del asiento a cualquiera y alzar el puño al son de 'Senseless Tragedy', desplomándose cualquier atisbo de pop por entre la ironía del post-punk que corre por sus vasos conductores, sientiéndose 'Drown' una más en esa ecuación, la cual en directo va a concentrarse en descargas de adrenalina, que sellen su permanencia en las pistas de baile junto con sus primas hermanas The Coathangers.
'Thirsty' es la provocación llevada a su máxima expresión alucinógena, una forma alternativa de incitar a los disturbios mirando a la cara a quienes intenten evitarlos, relatando líricamente lo que seguramente hayan vivido en primera persona, una plaga que también salpica a 'Coyote Ugly', aunque aquí ya están preparadas para la acción, de ahí que el cielo se haya cubierto de una oscuridad total, la cual cae con todo el peso de la ley mientras la sangre brota como símbolo de una lucha que 'Never Again' debería darse, indicándonos la realidad que el cambio todavía va a llevar el tiempo que tarda 'Pity Party' en dar el último golpe en la mesa,a demás del de esa portada a lo Dilly Dally.