R.M.F.C. - Club Hits

La espera por fin ha terminado, R.F.M.C. debuta en largo con "Club Hits", via Anti Fade Records y Urge Records, demostrando con ello el porqué de tener a Buz Clatworthy en un pedestal de egg-, post- y anarcho-punk, los cuales son aderezados en 'Spectrum' por unos riffs que abogan por una festividad que debe alargarse sí o sí, hasta 'Sterlie Century', planteando aquí además el desgaste de zapatillas compulsivo como forma de vida, de esa especie de lo-fi que parece querer empañar sus movimientos, lo que se traduce en el cuidado especial que ha puesto 'The Trap' en que se note que ambos mundos pueden convivir, no precisamente en armonía, ya que lo que tenemos entre oídos se corresponde con todo un Rock Music Fan Club, así que como 'Access', lo tomas o lo dejas, permaneciendo mejor invariante en su aspecto y forma, en pro de un headbanging que nos transporta a un estado de felicidad, el cual va más allá de los 60's y cualquier opiáceo que haga de ello algo psicótico en vez de psicodélico.

'Vanishing Aisle' se da prisa en construir una fortaleza de instrumentación por encima del micrófono, sin llegar al noise aunque con sobrecargas delimitadas a tiempo por el filtrado del estudio, produciéndose su antítesis en 'Two Stars', llevando al artista a un disfrute tal, en el que la lírica debe ser mostrada por encima del bien y del mal, aunque no de los delirios de grandeza cordales que la adornan, lo mismo sucede en 'Frogs', donde estos y las grabaciones a pie de pista que reflejan el canto anfíbico del título, generan una tranquilidad nocturna que 'Harmless Activity' abandona en detrimento del garage, a unos bmps que bien le podrían valer al reggae mas condescendiente con el hermano que tiene a continuación, 'The Web', elevando la apuesta con una vuelta al pasado de su versión más prometedora, ahora realidad de esa 'New Diversion' en la que está involucrado, con rayos sci-fi llevándonos a un 'Human State' en el que no habíamos estado antes, más ochentero y con ganas también de que un buen 'Rock Tune' recorra todo su cuerpo antes de que las festividades navideñas se apoderen de todo, homenaje mental más que físico, de esos en los que cerrar los ojos y sentir lo que es el clímax underground.