El debut en largo de Dog Date como quinteto, "Zinger", via Pop Wig Records, refuerza el concepto de caos que siempre han mostrado, sentando las bases 'Nirvana' con un juego de guitarras de puro garagerismo que, de forma divertida, lo llevan a un baile de estridencias comedidas, que su vocalista, Dylan Kennedy, pone mirando en dirección a un punk del que ya no se van a bajar, siendo 'Nuff Said' el contrapunto perfecto al sobrevivir su lo-fi electrificado a las fauces de sus dos, sí dos, baterías, nota diferencial a cuanto mis ojos han visto, reforzando así cada una de sus colisiones con los parches, lo que transforma a 'Spine Transfer' en un atracón de surf-rock en el que la tabla es la protagonista de la ola, batiéndose en duelo estilísticamente cuando urbanamente se centran en el skate, siendo ambos mundos regados en cerveza antes de que 'F Bomb' se presente en escena con una velocidad inusitada y un aneurisma cerebral, este último logrado a base de un pogo, el cual se transfiere a los anales sonoros de 'Duplo' a través del efecto secundario del alcohol antes ingerido, guardando las formas al micrófono para 'Cruel World Reversal' y su diplomático golpe de talonario de noise anárquico australiano.
Lo de 'Theory Orb' es un duelo personal entre el pasado y el futuro, llegando las enajenaciones mentales psicodélicas a un punto en el que todo se desmadra mentalmente, algo que indudablemente se traslada al estudio y al directo, cortado de raíz por una 'Slug' que se carga de post-rock y Osees, suma que alcanza el zenit de cualquier psico-maníaco que no dude en continuar con 'Xipe', perturbadora de ritmos en conexión casi celestial con sus dioses estilísticos, conquistando así la oscuridad de su 'Twin Star', revulsiva, distorsionada y culpable a su manera del calentamiento global que logra entre sus parroquianos, no teniendo más remedio estos que que decir aquello de 'I Love That Story'.