El EP debut de Pop Vulture, "Another Sucess", via Come Play With Me Records y EMI North, muestra al trío (cuarteto en lo que a escritura y ejecución del álbum se refiere) poniendo la regresión de todo lo vivido, al frente de una 'Intro' que enseguida da paso al músculo de 'Comforting Lie', donde las cuerdas se muestran juguetonas con el post-punk, religionando la lírica hacia una dirección completamente opuesta a la de la instrumentación, ya que este última navega por derroteros garageros, grungeros y fuzzeros, con debilidad además por las distorsiones, lo que provoca una sobria dureza al micrófono, la cual se deshace en elogios hacia 'Blister', cuya disfuncionalidad social lleva a la locura preprogramada, capaz de buscar sus propios demonios en si misma, levantándose la oscuridad gracias a la ayuda del trombón tocado por Adam Wilkin, invitado de honor con el que poder cambiar el rumbo de cara a una desorientación pragmática que se resigna en 'Left For Dead', donde los vientos tecnoides que soplan se alian con sobrecargas incipientes, venidas de la pedalería, revelando así su aspereza en diferentes actos.
'Dog' es ese animal de compañía que pone los puntos sobre las ies, no guardándose nada a pesar de las apariencias iniciales, llegando, supeditadamente, a una cardiopatía de ruido envenenado que Sam Curwen (voz, bajo), Jacob Tresidder (guitarra, sintes, coros) y Ben Udin (guitarra, percusión, coros), guardan a baja temperatura hasta alcanzar por momentos el hielo del círculo polar ártico, liberándose de la correa que los tenía atados para volver por sus fueros, concesión que también recoge 'Demob Happy', a quienes ladran como homenaje a la banda de mismo nombre, llevándonos por su misma senda, escalando la psicodelia por entre los ataques de furia que se suceden, perpetrando un nuevo estallido de la maquinaria cuando 'Self Help' asoma su enajenación punk, golpe militar definitivo que se pasa el juego con la elevación de la tensión a los altares y el surrealismo de los coros.
📷 Tom White