La presentación de Leibniz a principios de mes, queda en un segundo plano con la publicación de su EP debut, "Lifetime Patient", asentándose una lujuría shoegaze en 'Shut Up The World', la cual se acompaña temperamentalmente de un grunge sobresaltado de griterío sin consuelo, estallando todos a una en mil pedazos electrificados, mientras el fuzz provoca un aplastamiento incontestable, cuya revuelta se dirige como un misil tierra-aire hacia 'Parasite', contraste cauto en sonoridad, que poco a poco se va infectando de math rock, garage y el espíritu de Nirvana, aquí sin laceraciones que se claven como puñales de testosterona que salivan riffs impulsivos, cimentándose por ello el tema que da nombre al álbum en unas bajas frecuencias adornadas con su némesis, con las que explotar en un hardcore de tintes metaleros y nula importancia por el valor de la vida humana, moviendo el micrófono a las masas en un mosh pit circular y headbanging de consecuencias punk militaristas, quedando atrás ante 'Marijuana (Extended)', cuya dulzura infectada de la oscuridad vivida y la paranoia instrumental creada por esa cruzada de cables, les hace poner orden con el mismo tono con el que Placebo les hace desatarse a más no poder, dejando sus cuerdas un reguero conceptual que concierne a ese fin del mundo que muestran, donde el micrófono, además, se encarga de un libertinaje de furia desenfrenada que los pedales resuelven a su favor.