Painted Palms - Forever

Parece que todo es más fácil si queda en familia, pero para llegar hasta aquí, Reese Donohouse y Christopher Prudhomme, primos entre sí, tuvieron que empezar a trabajar por separado dando como resultado "Canopy", "Carousel" y "Nothing Lasts Long", EP's y 7" editados hasta hoy. A partir de ahí, y a pesar de no existir ningún tipo de barrera geográfica, siguen con el mismo proceso de grabación que hasta entonces, no siendo una mala elección, a tenor de que su trabajo les ha valido para tocar en giras con bandas como Of Montreal, STRFKR o Braids.

Aunque han tocado con grupos de alto calibre, se desmarcan un poco del estilo de estos para emparentarse con Animal Collective en 'Too', y así enaltecer el viaje psicotrópico con regresión a los 60's en el que se mantienen durante 'Here It Comes', donde juegan con ese estado mental en el que todo lo que nos rodea se vuelve protagonista, dejándonos un margen de tranquilidad y abstracción con respecto al mundo real. 'Hypnotic' llega al sistema nervioso central y el cuerpo se refugia en una pista de baile en la que se puede vislumbrar a gente como Jagwar Ma, que actúan como balsámico hasta que 'Forever' aparece en escena, y con ella, los temibles efectos secundarios, y la sensación de pesadez muy marcada que invita a perder el rumbo...o parar.

Una vez elegida la segunda opción, 'Soft Hammer' obliga a hacer una regresión personal y ver que todo esto lo ha causado el amor. El daño que nos ha producido sigue estando ahí, siendo ahora más destructivo si cabe. El apoyo viene de la mano con 'Carousel' que lo pinta todo muy fácil en la teoría, pero que en la práctica, 'Not Really There' vuelve a rizar el rizo perturbándolo todo antes del trance moral que 'Hope That You See It Now' supone como forma de llamar la atención.

El cambio viene con 'Spinning Signs' a través de su planteamiento a base de pop de sintetizador y la clara visión de futuro que ello conlleva. Perspectiva que queda desganada en 'Sleepwalking', y que se ve amenazada por los leves tintineos perturbadores que acorralan a 'Empty Gun', y de los que se desentiende cuando sale reforzada por ese juramento de 'Angels', de no querer volver a oír nada más al respecto.