El Londres del 2015 no dista mucho del Manchester de finales de los 70's para Static Palm, y es que ahí es donde mejor se mueve el cuarteto al que podría denominar como los Joy Division del siglo XXI, con 'Concrete' cayendo en los brazos de 'She's Lost Control' con unos vocales mantenidos en la oscuridad del post-punk que no pueden salvar la espacialidad del entorno que los rodea.
Ian Curtis se tenía que aparecer en algún lado y la reverb de 'Streetlight' nos lo muestra dejando un reguero de frío depresivo y condenada frustración, miedo y vacío a su paso a través del paisaje desolador que evocan. La oda que supone el nombre de la banda a la posición que Ian no pudo mantener nunca en el escenario es la antítesis de 'Worst', con esa velocidad de baile que recuerda al 'Interzone' de los de Manchester y que parece contar con el vocalista de Eagulls entre sus filas. 'Heaven's Kaleidoscope' también baila, pero al son de la batería electro-pop ochentera (Chvrches están presentes), el teclado andrógeno y los riffs de guitarras viscerales.
El contrapunto viene con 'Continual Drone', con un sonido espeso a la vez que orgánico que marca la línea instrumental entre esa vida acelerada y la muerte del estilo mantenido hasta ahora, ya que 'Burning Lilly' es esa balada exótica de ritmos antipasionales que Fat White Family factura en sus canciones, llegando a conseguir oír al propio Lias al micrófono.