El dúo de Gotemburgo arrastra consigo todo lo vivido hasta su debut en largo homónimo en una mezcla de estilos que abarcan desde el pop avant-garde de arreglos sencillos hasta el rock más electrizante.
'Over Your Head' condensa una instrumentación coqueta que se va electrificando con el pop vocal de Tuva, la cual empieza a dar los primeros síntomas de explosividad, enloqueciendo con ello a la batería de Nelly de carácter cincuentón en 'Fish'.
'Youth' mezcla un sonido de 8-bits analógico en su comienzo con las Deap Vally más rockabillys, para ir conjugando ambos extremos con claras regresiones a su predecesora. Es el mismo espejo en el que se mira 'Lonesome', con una parte más bailable y guerrera a lo The Black Keys como arma arrojadiza.
'Bandolier' se relaja hasta tomar prestado los punteos de guitarra de Mac DeMarco para balancear un tema que despunta por la electricidad reverberante de la otra compañera de viaje de cuerda, con una parte de cantautora que abrasaría el hielo y que no se deja inmutar por su compañera de viaje.
Y siguiendo con una línea ascendente, 'Fiction' es la invocación analógica a los riffs de The XX y su canción de mismo título, hasta ahí. Luego le inducen una tensión tan intensa que solo es capaz de romper la lata de las esencias temporales en la que se convierte 'Desert', contraatacando el frío de su ciudad natal con unas notas de guitarras que se van entrelazando para entrar en consonancia con el micrófono de Tuva, y el endulzado sintetizador que empuja a 'Tease' a un estado febril de delirio arraigado a la americana sacándole toda la sensualidad a unas caderas, las suyas, que se dan un homenaje bailable en la pista de luces estroboscópicas que lo hacen todo más hipnótico, si cabe.
'0100' se enfunda un paisaje country a la instrumentación, con un plomizo ritmo que se empeña en esquivar los balazos con un paso al galope, lo que deriva en que 'Sleep' reciba uno de ellos. Los intentos garageros por salvarla caen en vano ya que el final está escrito y la tumba preparada.