El trío nativo de UK vuelve a la carga con "Why Choose", segundo álbum de estudio tras publicar en 2013 "Consumer Complaints", ahora bajo la batuta de FatCat Records, siguiendo la misma estela ya marcada, dibujando 'Wind Up', el primer corte, ese paisaje post-punk experimental con el que tantas buenas críticas cosecharon, aquí con el antojo de mover algo más el esqueleto, siempre con esa sonrisa suya dibujada en la cara, dando una vuelta de tuerca a los vocales de los que todos participan, refrendando al micrófono su apoyo mutuo cuando se trata de hablar de alguno de ellos muy a la ligera, ganándose aquello de 'Take It Outside' para tener unas palabritas con los que osan variar la dinámica de la banda, llegando el trío a las manos, lo que se traduce en agitar a todo aquel de una forma tropical para que la próxima vez se lo piense dos veces
Con los nervios a flor de piel por la situación vivida, 'Straight Lines' se lanza con una declaración de intenciones amorosa relatada por Andrew, llevándose unas calabazas que con la certeza de 'Time Wasted', no van a remitir, pero siempre le quedará el post-punk vívido instrumental de 'Say It Once', cuya adrenalina le hace meterse en una oscuridad por la que Billy responde al bajo, y en la que se distingue su apego por los 70's, desmadrándose el asunto hasta llevarse al terreno de la psicodelia a las cuerdas de la guitarra de Rachel, agasajándose el trío de una irracionalidad mental que transita como un reloj por la new wave de 'Passing Through', pegándoseles a los vocales la seriedad de la época, y debido a los acontecimientos, le sacan un tono de chulería que se transmite al espectro sonoro de 'Why Wait', cogiéndole el gustillo a eso de exigir sus derechos imponiendo sus causas sociales.
La 'Private Party' se hace pública, y quizás por ello, conlleva un punto de ironía que hace que la celebración no sea del todo animada, pareciéndose más a una reprimenda de esas que uno recibe nada más abrir la boca, y en un dos contra 1, provoca que el ambiente sea desabrido, despotricando en su contra una 'Sinking Feeling' cuya velocidad instrumental lo transmite a la perfección, ganando la partida a medias, ya que cerrar bocas es una victoria, pero no a base de tener que dar todas las explicaciones del mundo, y todo esto, metido en su coctelera paradisiaca, ocasiona un torrente de decisiones que 'I Have Decided' se ve forzada a tomar, como la de hiperventilar con una línea de bajo que está para pocas bromas, cortando el ambiente hasta bien entrada 'Knocking', encerrada todavía en el ego lírico de Rachel, aumentando Andrew la libido poética al entrar en su juego, cambiando a '12345' sin soltar ni una prenda más, ya estaba todo dicho.