El cuarteto de Durham vuelve a la carga con su segundo EP, "Holy Mess", tras presentar el año pasado "Home By Nine", donde TRAAMS y Menace Beach asomaban la cabeza, los cuales ahora quedan desde 'Prayer List' extinguidos, o relativamente, ya que con los vocales se acercan más a Max Levy y su proyecto Garden Centre, aunque Stu de los de Chichester queda también implícito, dominando un rock garagero que surfea las olas la parte más este de la ciudad mientras Kate, David, Andrew y Joe ponen de manifiesto los chascarrillos más divertidos y británicos que conocen.
Lo de grabar discos les pone contentos, contagiando 'The Binder's Chills' el buenrollismo que practica, en donde nadie es capaz de dejar de mover, como mínimo, pies y brazos, guardándose el cuello para las ocasiones en las que el fuzz azota todos los sentidos, descolocando a una 'Boring' que cambia el discurso para centrarse en la rapidez de su ejecución más que en el disfrute, acercándose su sonido al de Mouses, sin ser tan catatónicos como los de Teeside, pero denotando que por si ellos fueran, perderían la cabeza sin control, se tirarían contra el público y destrozarían hasta sus guitarras.
En 'Jim Reeves', las ganas pueden más que la razón y se tiran a la piscina para erigirse en líderes de una generación, a la que auspician desde la parte instrumental del tema, haciendo que todo el mundo se una en amor y compañía, estallando en un pogo que junta a público y banda, con una conexión digna de Circa Waves.