Show Me The Body editan "CORPUS I", una mixtape en toda regla en la que se rodean de colaboraciones de amigos, a los que prácticamente obligan a interferir con los ritmos a los que los neoyorquinos nos tienen acostumbrados, con una 'Intro' que deja la procrastinación de lado, rezando aquello de haz lo que tengas que hacer y no busques excusas para no hacerlo, con 'Trash' trayendo consigo una bajada de cielo al son de Death Grips, aunque manteniendo el deje que los caracteriza, eso sí, con un puntito más en su línea de punk y hardcore, lo que afecta directamente a la garganta de Julian Cashwan, la cual se va consumiendo en su propio odio.
Alexandra Drewchin aka Eartheater es la primera que se suma a la causa en 'You Thought What You Saw Was It', llevando sus gritos de terror al extremo de la agudeza humana, conjugándolos con un sintetizador modulado que mantiene la línea del tema, solo sustentado analógicamente por Noah Cohen-Corbett a la batería, que narrador mediante, llegan al universo industrializado opresor de Girl Band en 'Hungry', cuya oscuridad invita a descubrir el monstruo interior de Stranger Things, con Dreamcrusher lanzando sus versos como si de Jason Williamson (Sleaford Mods) se tratara, atrayendo a los fantasmas a su paranoico mundo, provocando que a él y a Justin Flammia en 'Taxi Hell', se les vaya la cabeza a la manera acústica que dictamina la mandolina, trastornada a lo Big Ups por la agitación de cuerdas, soltando su carga eléctrica a través del efecto Crystal Castles que 'In A Grave' aúna, mimetizándose con ritmos trap, lírica hip-hop parlante de Danzel Curry, floreada por el feat. femenino una vez más de Eartheater, que aquí se asemeja a Raphaelle de BRAIDS, cuya llamada al diablo traen a Moor Mother como teniente O'Neill.
'Just A Slither' busca el lo-fi con los 80's en el horizonte a través de una base de una grabación que se fundamenta en la reproducción de una canción escuchada a través de los auriculares, a lo que se le suman unos vocales de voz ronca que se afinan para convertirse en el orador perfecto, dejando que Santana se sume a la ecuación con su guitarra, aumentando el nivel experimental 'Halogen', atrayendo a su ser a sir Was con Mal Devisa al micrófono, a la cual la queda bien hasta el soul.
El hip-hop sigue con su guerrilla particular en 'Stress', con Cities Aviv mimetizándose en Julian para unirse a la revolución, siendo las cuerdas del bajo de Harlan Steed las que se enganchan a la lucha, golpeando pero sin llegar a noquear a 'My Whole Family', por aquello de que este se pueda levantar y pueda volver a ser golpeado de nuevo, siendo el hardcore manchado de sangre el protagonista al micrófono.
La violencia empleada con repetición causa un efecto alucinógeno en 'I'm On It', cuya electrónica, a los pies de la lírica de Casino Theo obtiene el respeto de 'Spit', y la vuelta de esta al mundo ennegrecido y enrarecido por el miedo, con Princess Nokia como sirena fantasmagórica que aumenta el efecto psicológico de sus penas permaneciendo sentada sobre la moto en reposo de una Moor Mother que en 'Everything Hate (Here)' no se hace amiga ni de la descomposición industrial de 'Two Hands', la cual podría pertenecer a la banda sonora de Saw, dejando la lírica de la calle para 'Why You Lying'.
'Cyba Slam Fif World Dance Party' utiliza el hundimiento vivido hasta ahora para mover el esqueleto con un R&B que se alimenta de techno en sus entrañas, teniendo a Missy Elliott como referente antes de que la rayadura de 'Proud Boys' saque brillo a unas cuerdas que acaban violentamente excitando al micrófono, lo que enfatiza con ese ritmo que se corta a sí mismo las venas, provocándose así una muerte prácticamente instantánea.
Foto de Asha Maura