Kurt Marble

Kurt Marble es el proyecto comandado por Kurt MarBlah (voz y guitarra), el cual se rodea de Paul McEarchen (voz y guitarra), Marlena Kaesler (voz y bajo) y Steve Kwok (batería), entregándose al noble arte del rock, fuzz, garage, psicodelia y, para redondear la faena, un poco de stoner como el que muestra 'Laura's House', primer tema de su último EP, "Friend Of Mine", en donde el estilismo provoca que Marlena se adueñe del micrófono con un aura cincuentero sexy (a lo Marilyn Monroe cantando el cumpleaños feliz al presidente Kennedy) lo-fi que no esconde sus debilidades mentales, haciendo que las melodías se marchiten para sufragar 'Hands' las penas sobre las cuerdas, añadiendo una acidez con la voz de Kurt, que Steve se encarga de embrujar con sus baquetas a lo The Wytches para su puesta final en largo, hechizando a 'So Long' de tal forma, que los vocales ya en solitario de nuestro frontman se vuelvan diminutos en altura sonora, lo que no dificulta que la instrumentación dé el do de pecho, creyéndoselo tanto, que en la canción que da título al disco, repiten la misma jugada, aunque aquí la psicodelia es la absoluta agitadora del cotarro, generando un ambiente precario al que incluso le da tiempo a renacer de sus cenizas.

La historia de la banda comenzó con "Notes", un EP debut cuya acidez esta repartida a través de sus seis cortes, mostrando la patita de su sabor especialmente 'Replacement', que juega a ser el Kilgrave de Jessica Jones, mostrando una cara amable que se acentúa en 'Negative One Twelfth', guardando el tipo entre fuzz y garage garabateado a lo Marylin Manson hasta que pierde el tipo y el sentido en 'Domestic', vulnerabilidad en el que las cuerdas sacan provecho al equipararse al mismísimo Jimi Hendrix, para necesariamente, volver a sus orígenes parasitando 'Take Note' con el mismo sentimiento de locura controlada de su antecesora, calibrando con parsimonia 'From A Far' el desdoblamiento de década al sumar el hippismo a la ecuación, y recorrer así todas las notas musicales de la década a la par que el público es capaz de marcarse una de las danzas de la época, lanzándose al vacío del mainstream popero 'White Hair', hasta que los 70's dicen basta adelantando a todos por la derecha con el objetivo, y compartido por HONEY, de venirse abajo junto a la edificación del estudio, tirando de coros fantasmales y de mística instrumental desvalijada de sus anteriores registros, deteniéndose en seco por temor a dejarse su propia vida en el interior, aunque el arreón final resquebraja los cimientos de sobremanera.