Tras su debut homónimo en largo en 2015, Negative Scanner se presentan con "Nose Picker", de nuevo via Trouble In Mind Records, una joya de altos vuelos que empieza a encender al público mientras espera un cruce de declaraciones que ponga a todo el mundo de su parte, llevándolo a cabo a través de un rock que despide un garagerismo intermitente cuya cordalidad queda encerrada entre las seis paredes de la caja tonta que es la 'T.V.', no así el tema que da nombre al álbum, donde la libertad de la que goza líricamente, enmarca su futuro consigo mismo, o su pasado si tenemos en cuenta a 'History Lesson' y su aceleración invertida, dotándoles de un punk de machitos que saca su vena más cabrona hasta dejar un reguero de sabiduría que posee una palabrería que hace añicos a las acciones, ausentes hasta que entra en juego '6 Ft. Hole', oda al acoso y derribo mental por el que nadie debería pasar, pero si sucediera algún día, pues a sacar a pasear el dedo corazón con la misma excitación corrosiva que provocan Ty Segall & The Muggers.
'A Vision' es ese mundo donde las diferencias entre las personas no se deberían medir a través del dinero, injusticia que sobre todo resalta como las grandes empresas exprimen hasta la última gota de la botella que toque en ese momento, dando igual si uno se la bebe o se la tira por encima, lo importante es que no se acabe hasta que las campanadas hayan celebrado la victoria lléndose a disfrutar de la jubilación en una isla desierta en donde la comunicación con el mundo exterior de 'a Cross', sea nula gracias al karma, con tiempo suficiente para autoanalizarse bailando, ya sea a base de power-pop o a través de esa inyección de desmoralización post-punkiana que las cuerdas transforman en una oda a los 70's, perdiéndose 'The Only One' por ellos y por los 60's, suma de décadas ideal que en conjunto, y gracias a una serie de paradinhas controladas en tiempo y número de repeticiones, bloquean los receptores del cerebro provocando que el Dr.Jekyll por el que circulaba la instrumentación, acabe cambiando de tercio y presente a Mr. Hyde como alter ego pretencioso de fuzz y acidez.
Una vez rendidos a ellos, 'Shoplifter' pretende estar presente materialmente, y lo hacen utilizando esa estrategia ratera llamada noise con la que la confusión solo tiene un beneficiario, y no son ellos mismos, ya que ellos, debido al bullicio de los fogonazos y el destilamiento del genocidio, también caen como 'First Blood', así que embargados ambos por un odio mayor que el que reflejan los pandilleros de los barrios de la periferia en las estadísticas, se lamentan de no haber encontrado su medio Kill Bill y así cerrar el círculo, aunque la búsqueda persiste en '10 Million Kids', recayendo el premio gordo en 'Let It Die', regimiento instrumental que reparte la justicia a su manera tras hacerse con el control de las calles de la forma menos ortodoxa posible, lo que siempre conlleva una sobredosis de poder, la cual se cierne sobre 'Health Insurance', instigando a que sus integrantes besen la lona cuando la ambición a la que aspiraban se cuela por el retrete.