'Park After Dark' era el single con el que SIGNAL se estrenaban en la industria musical, y lo hacían formando parte de la recopilación benéfica (por la Unión de Libertades Civiles) editada por Wharf Cat Records en abril de este mismo año, mostrando la continuidad de su mezcla de post-punk, garage y punk y en su EP homónimo debut (via Ramp Local), donde Aida pone la voz, Carlos se enfunde la guitarra, Beck el bajo y Allie hace lo propio con las baquetas, dando una bienvenida lo-fi con 'Rat Pink Eye', hablando demás sobre un garage que se cubre de gloria en loop con una historia que envuelve el animalillo del título y el encuentro con él, envolviendo a miembros de su familia y gritos, muchos gritos, los cuales acaban por cubrir todo el espectro sonoro de un punk caótico que se alimenta de sangre y de la bilis que suelta a su paso 'BLL', tirando de ironía cuando el machismo hace acto de presencia, referenciando esas pequeñas agresiones que las mujeres sufren para a continuación desahogar su reacción con un texto que de hacerse realidad, la llevaría a estar entre rejas, lo que no evita que vuelva a descargar su ira contra la sociedad en 'Dilaila', está vez contra aquellos que inculcan a los demás eso de ser padres, aunque a pocos parece importarles el hecho de que la infancia de esa persona no haya sido la mejor.
'Dorks On Bikes' se adorna a lo Sheer Mag, poniendo tensa la cosa, alargando los vocales gracias a esa magia vocal que recae en un ente endemoniado que alcanza lo infantil de ShitKid, y lo tétrico por ello, encabezando un noise que encubre un garage, rock y fuzz sufridores, dando la batería los golpes prolíficos necesarios para descarnar aún más su apología de la música, tocando el oscurantismo con 'Want It Worse', llamada al caos sin remordimientos, queriendo ver como corre la sangre instrumentalmente ante la atenta mirada intrínseca que vive aterrada por aquello que solo ella sabe y que jamás verá la luz.