Control Top debutan en largo con "Covert Contracts", via Get Better Records, poniendo el listón de mejor disco del año un pedestal más cuesta arriba para el resto, ya que Ali Carter (vocalista y bajista), Al Creedon (guitarrista) y Alex Lichtenauer (batería), optan a llevarse la palma al final del mismo gracias a su jodida combinación de noise, post-punk, garage y punk, con la que 'Type A' saca brillo al filo de sus cuerdas, teniéndole que dar el mérito que se merece aquí al post- y stoner-rock que los rodean, con picos de solemnidad fuzzera que animan a una Ali que lleva puesto el mono de trabajo de su tocaya en Bully, vaciándose por dentro de tal forma, que deja la puerta abierta a la acidez alucinógena de 'Office Rage', la cual se endiabla junto al movimiento industrial de Girl Band, azuzando el trío de Pennsylvania hasta construir un muro de ruido al que acompaña de nuevo la guturalidad de los gritos de la de Nashville.
'Chain Reaction' se marca un swish swish en medio de un mosh circular en el que encontrar la salida es un reto de estado debido al loop en el que uno se ve sumergido, donde solamente los cambios de tercio estilísticos permiten tomar la autovía del noise con el acelerador pisado hasta el fondo, estrellándose con una 'Unapologetic' cuyas luces, en principio de rescate, suenan tan alejadas que lo hacen hasta ennegrecidas, lo que no es un buen augurio, doblándose las cuerdas para desafinar una tragedia en la que la pérdida está asegurada, mostrando sus miembros una locura que induce con perplejidad a una violencia controlada cuyas desconexiones intravenosas reclaman su sitio con una implosión que le llega a 'Straight Jackets', en un estado puro basado en los 90's enarbola una atadura de pies y manos purista de la que no tienen posibilidad de librarse.
El tema que da nombre al título se enrevesa en unas interferencias eléctricas que se ven saturadas por el poder lírico de una carga social en contra del sistema por el cómo actúan algunos con el ser humano, mostrando unos riffs enrabietados que son mejor muestra que mil palabras, y mejor incluso que quinientas, cuando uno sufre en sus propias carnes a 'Betrayed', batalla judicial rápida en la que 'Ego Deaf' parece un dulce entrenamiento con el que sudar la gota gorda y ya, aunque su condición interior revienta almas se apodera nuevamente de su ser.
Purificados de sus pecados, 'Traffic' les hace caer en viejas tentaciones, lo que implica volver a acariciar el lado oscuro, evocándolo gracias a la hiperactividad en mayor medida del grunge, del que 'Prism' se aleja de forma relativa, ya que el power-pop ochentero solo es parte de su superficie, manteniendo los 90's de su antecesora en las profundidades, mandando 'Black Hole' al banquillo esta actitud de 'monjitas', ya que ella solita es capaz de obrar el milagro de la pasantía al mundo infernal, extravagancia que une rayos y truenos ante el apocalipsis de vocales venidos de FEELS.
📷 Vince Guglielmo