Amyl And The Sniffers - Amyl And The Sniffers

Amyl And The Sniffers debutan en largo homónimamente, via Rough Trade, ATO Records y Flightless Records, tras pedirlo el público con acoso y derribo desde que esta aventura comenzara en 2016, cuando Amy Taylor al micrófono, Declan Martens a la guitarra, Bryce Wilson a la batería y Calum Newton Gus Romer al bajo, llevaron el garage, punk, lo-fi y rock de Melbourne hasta el nivel de 'Starfire 500', desplegable de rock'n'roll como comienzo de una serenata aferrada a los 70's, cuyos riffs indecentes paralizan los registros de un tal Jimi Hendrix subido por las paredes de cualquier garito, acompañándoles el estallido punk de los vocales de Amy, aporte enérgico vitalicio necesario para provocar definitivamente ese incendio mayúsculo que buscaban con ansia para sentirse como en casa, invitando a Slaves a participar de todo ello en 'Gacked On Anger', aunque abandonan rápidamente sus quehaceres en favor de un post-rock retocado cuyo desenlace refrenda la ira de la que se hace cargo el título, la misma que envenena a una 'Cup Of Destiny' que muestra un atracón cordal de puños en alto como transición hacia 'GFY' y su desorbitado descontrol en un pogo, que sirve para plantar cara con violencia a aquellos que creen que pueden alimentarse de su éxito sin su permiso, cerrándoles la puerta en las narices una 'Angel' a la que le da una pájara de proporciones inhumanas 'gracias' a los recuerdos de una infancia interpuesta a lo que dificultad se refiere.

La venganza es un plato que 'Monsoon Rock' sirve en frío, con la mente puesta en The Devils y el rencor recubierto de una nota ensangrentada que da pie a un baile de berberechos enlatados en los que la claustrofobia forma parte de su elocuencia y gamberrismo, envite puesto para la buena nueva de ese 'Control' que el sistema ejerce sobre la muchedumbre, incitando la labia de Amy a una agitación en masa a la que se suman sus compañeros de reparto en 'Got You', sacando la cantante a flote esa serpiente de cascabel que es ella en sí mientras respalda la alocada masacre que la instrumentación acomete detrás suyo, la cual se apoya en un garage sublevado para formar parte del azote revolucionario que es 'Punisha' , basando sus primisas en un noise derivado del caos de 'Shake Ya' y su perturbación para que la gente despierte de su letargo y se una activamente a defender a 'Some Mutts (Can't Be Muzzled)', cuya tempestad no se negocia por ser su símbolo de resistencia, la cual osa a navegar entre unas olas de concordancia extasiada a las que el fuzz equitativo desenmascara con una intersección volátil de descoyuntura cuellil que se alarga en el tiempo para que la gente tenga en cuenta que esto solo es el principio.


📷 WDZIEKONSKI