Palmers

Como si de los londinenses Dry Cleaning se trataran, así encabezan los portugueses Palmers la portada de su segundo EP, "Running Thoughts", y es que el último fichaje de Ciudad Oasis, sigue la estela garagera de su primer envite, "Young Days", con 'Cars' elevando la temperatura gracias a las cuerdas de Vasco Cavalheiro (guitarra) y Cláudia Brás (bajo), y el vibrato vocal de su batera, Raquel Custódio, destapándose un noise contenido cunado la rabia entra en juego y que calma sus aguas en pos de un rock que se agita y se vicia cada vez que la orquesta se activa, dejando la misma espacio para los 70's en 'Wheels', con las chupas de cuero poniendo la puntilla a un punk que resalta sus virtudes cuando le silban por la calle, girándose al micrófono ante la atenta mirada de 'DYHL?', que en un alarde a lo The Coathangers, se desmadra sin un avistamiento claro de cuando van a poner fin a la lujuria y la algarabía, ya que cuando uno cree que todo se ha acabado, se activa la maquinaria de nuevo para meter otra puñalada instrumental a base de aumentar la velocidad y no parar hasta que 'Wrong Comforts' se cruza en el camino, enmarañando el calentamiento global con una electrificación baquetal que llama a las puertas de la psicodelia para batirse en duelo con el diablo de Woodstock del 69 en el paraíso.

El primer disco empezaba con el rollo extrovertido que LIFE impone a sus composiciones, siguiéndole la bajada de tensión protagonizada por 'Hate You', que remonta desde abajo, tomando la alternativa para llegar al estrellato underground, escenificado en 'Long Ben', quien entra de lleno en un terreno empantanado que cuando hardcorea, se subleva a un pogo común de esos de puro barro que se ven en Glastonbury, aunque sus pretensiones, de momento, se sustentan en el lo-fi de 'I Don't Care', la cual va con la lengua fuera para llegar a 'Foggy Night', pero tras un comienzo infructuoso, recuperan su esencia y la barra de vida sube mientras se contonea por las embestidas garageras de la instrumentación, gritándole a la desesperación como último recurso antes de que 'Laura Palmer' escolta la muerte con un shoegaze de fidelización baja que sigue los parámetros estándar de túnica negra y guadaña.


📷 Sónia Véstias