Los hermanos mellizos aka Reid (cantante y guitarrista) y Blaze Bateh (batería), junto con William Brookshire (bajista), muestran los entresijos de su cuarto álbum de estudio, "Stray", publicado via Wharf Cat Records, y en donde los comienzos de 'Miracle' se enturbian a lo Stranger Things, provocando un estremecimiento sonoro que las cuerdas rompen a través de una desolación, cuya elegancia, queda depositada en la caballerosidad del trío de Brooklyn, algo que se transmite a los vocales y la lírica gracias a ese deje tan Elias Bender Rønnenfelt (Iceage / Marching Church), el cual acapara los méritos de acentuar el entusiasmo soñador de ese paisaje rockero-garagero gracias al jazz experimental que les acompaña hasta que los fantasmas del pasado aparecen en escena, dejando a su paso la nada, de ahí la crecida de los chicos a su paso por 'Heart Lightning', descalabro gutural que obra como un fuego incapaz de extinguirse para dejar que la rabia siga su camino y se acompañe de una enajenación mental que barre los 70's más intensos.
'Sing Me To The Street' sale a la luz en formato balada para poner sus sentimientos a un lado y su mente en orden, al tiempo que los fuegos cruzados internos se muestran fugitivos del amor por abandono, conteniendo a su musa, Ani Ivry-Block, antes de que el demonio de 'Serafina' se la lleve por delante, recordando a la historia de Umberto Tozzi, de ahí la reproducción salvaje de un cortejo en el que Pulp Fiction contiene las miradas, las sonrisas y el fuego a su alrededor, mientras los focos les iluminan y se oye aquello de que nosotros nunca moriremos, siendo 'Death Croons' el balazo que acaba con todo, muerte en vida de él, pillado hasta las trancas de ella, para la cual él era un simple divertimento, de ahí que los improperios de 'Stay Cruel' den lugar al levantamiento de las tropas de 'Ben & Lily', ataque a lomos de un ritmo galopante que se apoya en las cenizas de 'Serafina' para sucumbir al amor nacido de la tragedia, y conceptuado en parte por The Devils.
Una vez que el daño está hecho, ningún reencuentro es buen compañero de viaje, y eso de que alguien esté 'Made For Me' no es más que una utopía barata de bar de carretera, así que es hora de matar lo que podía haber sido, aunque esto venga con una danza erótica incluida y reviva a golpe de ritmos vulcanizados las llamas de 'Sweat', infierno en primera persona de lo que sería su vida en caso de vender su alma al diablo, no existiendo 'Machete' alguno que pudiera calmar su dolor en caso de llevar a cabo el trato.
📷 Kevin W Condon