Orchids se presentan al mundo con su primer single doble y publicado, via EXAG' Records, en formato 7", el cual encierra en la cara A la archiescuchada 'Dead Keys', sinónimo de lo que es pegarse el viaje psicodélico a cargo de un dream-pop sesentero que permite a Alex Cyprine al micrófono, entonar los vocales de una salve que es puro 'Wonderwall', eso sí, enfatizada por los coros de Vincent Khouni, refugiándose ambos en un su punto más álgido en un garage fuzzeado cordal que pone a cualquiera en modo Oasis y noventero, aunque la clara electrificación de la instrumentación cambia de siglo a los hermanos Gallagher y los multiplica por tres, ya que la banda de Montreal golpea con hasta seis personas sobre el escenario, el propio Alex y Vincent, junto Zale Burley, armonizando la velada con sus guitarras, Jean Sebastien Maher al bajo, Stephen Baird al sinte y Mathieu Guay a la batería, optando 'Another Day' por la relajación reverberada y el punto sucio de los 70's, cohibiéndose uno y otro de que su unión acabe por desmadrarse, algo a lo que incitan las voces de los cantantes mientras se sobreponen al regadío sonoro que se da a su alrededor, liberando una conspiración de shoegaze y britpop distorsionados que alcanzan el estatus de muro de ruido, que tanto estaba buscando el frontman de la banda, donde, como despedida de este segundo envite, trae a la mente el que hasta hora era su banda madre, Qúetzal Snåkes.
📷 Laurine Haddock