El círculo vicioso de PNKSLM Recordings con Black Mekon se cierra con el doble LP "We've Learned Nothing", publicación número 100 del sello y cuya primera parte se corresponde con el álbum debut de los de Birmingham, "Free Range Hassle", el cual supuso también el primer lanzamiento del sello de Estocolmo en vinilo, rememorando la segunda parte, aquella secuela que debería haber sucedido 15 años atrás, ebullendo en ambos casos garage, distorsión, riffs despiadados, blues rock de altos vuelos,... capaces todos ellos de encender el fuego de la catarsis o la libido de los 70's mientras la envolvente del noise boosteado por las cuerdas escandaliza al resto de la instrumentación, no escatimando en descontrol paliativo y forzado, por un ritmo cuya cobertura pone los cimientos del punk boca arriba gracias a esta exhibición sonora pluscuamperfecta, donde la euforia se mide por el número de headbangings y cuellos despedazados en esa vorágine 50's y 60's a la que no falta el rey, Elvis Presley, en un estado zen que se compagina con una festividad de Todos los Santos, que en sus manos, se alargaría todo el año, viviendo en amor y compañía cabaret, penurias bañadas en alcohol, beatbox pendenciero y una regurgitación armonizada que se rige por el patrón de The Monsters.
En la segunda parte, los hermanos muestran icónicamente que por ellos el tiempo no ha pasado, ya que la bilis y su forma expulsarla, siguen estando intactas, potenciando su sabor, si cabe, al concentrar en la electrificación su poder sanatorio, remarcando con prepotencia que todavía les queda cuerda para rato, endemoniando sus bailes de rock'n'roll primigenio con los recursos elementales del día a día, dejando los fuegos artificiales en tierras salvajes de podredumbre y una fantasía volátil que incluye gatos callejeros que serpentean en la noche, hábitat pendenciero para el que han nacido, olvidándose de los escrúpulos del amanecer al aullar a aquellos de su misma calaña, con chupas de cuero y motos (acuáticas) con las que surfear unas olas que cuentan con el beneplácito de Sleaford Mods y el 'We Will Rock You' de Queen, premonizando una libertad que ni Macaulay Culkin en Solo En Casa.