De las cenizas de Kung Funghi nace Wails, cuarteto de Estocolmo que tiene muy claro que lo suyo es el caos, bombardeado de punk vocal y encaramado a una rapidez y contundencia, con las que el pogo está garantizado mientras las canciones de su EP regurgitan reverberación y sobrecargas varias, poniendo 'Who Took My Shit' las cuerdas al frente para que sean ellas quienes se peguen con el mundo, acierto para conseguir su cruzada, dinamitar cualquier atisbo de burdo rock, que si no lleva el prefijo kraut, hard o noise, no es para ellos ni para 'Among Dogs', donde sacan toda su bilis al micrófono y la riegan con un fuzz psicodélico al que tranquilamente se podrían asomar King Gizzard & The Wizard Lizard, dejando unos riffs casposos como contraposición a su anarquía, participando de ello 'Oddjob', enervándoles éste todavía más, a pesar de sus esfuerzos por mantener una calma, que a estas alturas, se hace imposible de controlar, por lo que optan por dejar a su Mr. Hyde surfear unas cuantas olas y llegar a construir su propio muro de ruido, pretendiendo así alcanzar la extenuación para rebajar el tono de su último envite, 'Butterbean', pero el mundo de los imposibles es su hábitat y si una vez aquí, no habían mostrado debilidad, la psicodelia laserizada como complemento a Beekeepers, tampoco lo iba a lograr.
