El inicio del verano lo pone Liily y su EP homónimo, via Flush Records, asomando radicalmente 'Imitate' mientras su instrumentación desfoga un rock bañado en oscuridad, lo que recuerda la faceta más cruda de IDLES, delicia construida a base de riffs, baquetazos y punk vocal, los cuales supuran distorsiones a altas frecuencias, materializándose así una industrialidad atónita y jamás escuchada hasta ahora, de ahí el caballo desbocado que es 'Boom Boom', un erte dentro del álbum que no se puede aguantar soltar la rabia que lleva dentro, hardcore propagandista para con 'More', cuyo rollo de Fontaines D.C. de nueva era golpea la sien de la experimentalidad, entrando todos al trapo como raperos incandescentes y extraviados del centro psiquiátrico más cercano a la vida, delicia que saborea la sangre de sus manos en ese 'Taller' de 'Motivation', donde sus vidas cruzan a Gorillaz con el brit-pop de su alter ego, Blur, entrando en un bucle martilleante que enciende las luces del micrófono a su antojo, descargando su parte más metalera, incendiaria y propagandista, desde su fábrica de ideas, llamada al headbanging y a rebelarse, aunque haya que 'Swallow' saliva dos veces para que la fogata no se les vaya de las manos.
📷 Andie Jane