La resaca de una larga noche, 'Trinity Six' la mide en petróleo vertido y quemándose a la bonzo por las calles, condiciones extremas para sobrevivir sin derramar sangre de su boca mientras el headbanging se anima psicológicamente, tormento para 'Marmaduke' y esa demonización cabreada con el mundo, sintiendo el azote canónico de las altas frecuencias revolviéndose por los 90's, al tiempo que desatan una violencia gratuita con la que se sienten muy cómodos, ellos y 'I Know 101 Things', regalo envenenado que desata toda su ira y la encarama a lo más alto de una valla electrificada, la cual ahora absuelve distensiones salvajes que de otra manera, solo tendrían cabida en 'Anoxic' y sus potenciómetros resbaladizos, los cuales conmutan el positivo y el negativo, en cuanto se ponen a tiro, mostrando una parte asustadiza que exaspera en su propia mierda, enterrados en ella al descender a los infiernos, entretanto pidiendo y gritando ayuda reiterativa como plan de escape que hace aguas por todos las lados, llegando 'The Oyster' como interludio en el que la mente ya se ha ido y su sitio lo ocupa en un ente interplanetario aka 'Carbon Cowboy', último escollo de inclinaciones atormentadas y poseídas, que asaltan un pánico que se relame a dos manos.
Blous3 - Synchronized Swimming
La publicación del LP debut de Blous3 como cuarteto, "Synchronized Swimming", via Cherub Dream Records, coincide con la eclosión de 'Jewel Tone' como locura garagera de armas tomar que se paraliza en un ir y venir de riffs desconcertados entre si, entonando una electrificación permanente que los rescata de su aquelarre personal entrenando para no desesperarse, alimentando su propio ego en forma de apatía y desencanto, volviendo el diablo a ellos cuando la necesidad de terror aprieta, convirtiéndose 'More Rules' en un baile de perros callejeros, al acecho en un tira y afloja entre las cuerdas y la batería, refregándose todos en un mosh pit complementario que absorbe todo su ser, convirtiéndose en un holocausto caníbal instrumental, donde el ruido no aplaca el despliegue psicotécnico de 'Chemical Heart', con los sentidos adormecidos mientras Stephen King escribe su ópera prima de horror, aumentado este filón de idas y venidas, al escupir Riley Partanen, Julian Hall, Cole Apperson y Jacob Waite, toda su bilis por el micrófono, haciéndose el punk con la abducción total de nuestros sentidos, relajándose de aquella manera en 'Goo Goo' al empatizar con la desolación de Neighbours Burning Neighbours, aunque al estallar su recital claustrofóbico e infectado de espinitas monocromáticas, la oscuridad de Cocaine Piss impera a su antojo, proliferando un math rock de retazos de metal subversivos, los cuales se muestran despechados por entre 'Abstractions', aunando una irritación cósmica entre dos acordes, las cuales, de la noche a la mañana, se convierten en un grunge al que solo le falta ser recitado por Kurt Cobain.