El bajista de A Place To Bury Strangers vuelve a la carga con su álbum homónimo debut, tras deleitarnos el año pasado con su primer 7", "Com/Broke", repitiendo aquí el single que le da nombre, y con él la experimentación extraterrestre, esa que une de nuevo el rock más canalla y mareante con la alternativa que el de Nueva York le permite a la psicodelia, el garage, fuzz, noise y post-punk, empezando a demostrarlo, en modo apisonadora, 'Insurance, Rent And Taxes', una intro de estupefacientes y apoderada de rabia, cuyos vocales destilan la elegancia de la ironía para ocultarlo ante 'Reduction Agent', donde lo explícito y lo condescendiente tienen lugar al micrófono bajo una capa lo-fi que va repartiendo ácido por el escenario, mientras un cabaret de los adictos cowboys cabalga entre unas dunas que le ahogan por el polvo de nariz con el que parece haberse atragantado, aunque lo alucinógeno del tema hace que el pensamiento se aleje hasta la familia Addams, obra y gracia del sinte que, manejado por Cosa, ocupa todo el ancho y el largo de 'Fire', juntándose con las cuerdas para protagonizar uno de los solos (o acompañados) más irreverentes jamás escuchados, al cual le acompañan las telarañas y gritos guturales que forman parte de la leyenda negra de la casa, todo para propiciar que Largo despierte de ese sueño profundo y vuelva a la vida, como la ya mencionada 'Com/Broke', chulería romanticona fogueada a partir del estilo de Pulp Fiction llevada a ese terreno suyo en el que el ruido y la electricidad hacen de las suyas, poniendo Ty Segall y sus secuaces el fuzz necesario para llevar el tema a su templo maldito.
La tranquilidad post-punk se apodera relativamente de 'Hanging By A Thread', aunque con el matiz de que a medida que las pulsaciones van en aumento gracias a esa carrera de preparación a lo Dirty Dancing, las cuerdas, que aquí actúan como sierras mecánicas, inician una industrialidad a la que Haniibal Lecter quiere echarle el guante en base a su agudeza mental, sorprendiendo la voz de Marilyn Manson, rociada de óxido nitroso, a propios y extraños, aunque la llegada de 'Move' despeja todas las dudas, ya que se convierte en el aperitivo perfecto para unos Girl Band en estado puro, aunque aquí son ayudados por el Doctor Strange a la hora de retorcer el sonido hasta el extremo, provocando una tenebrosidad de la que brota un rock galáctico cincuentón que vocalmente está en el límite del suicidio, viviendo de unas pulsaciones que proporciona la misma cafeína en vena que el californiano o Thee Oh Sees llevan encima, lo que lleva a 'Eliminator' a vivir de recoger lo sembrado por la destrucción masiva de cerebro y cuerpo de su antecesora, rompiendo las ataduras de la camisa hawaiana del manicomio en el que les han diagnosticado locura transitoria incorregible, que, con un ataque visceral encubierto, ve como 'Howl' rebaja la violencia, aunque las prisas son las mismas, ahora enredadas con el rock lisérgico de Ángel Stanich, compartiendo ambos esas referencias por las carreteras de Estados Unidos, endiabladas por los 70's más sordidos, consumado todo por un ataque radiactivo obra de pirados descontrolados que están en este mundo para satisfacer las necesidades musicales de los que comparten sus mismas emociones.
El descarrilamiento emocional no para tampoco en 'Ripper', confundiéndose aquí el neoyorquino con un nuevo miembro de Mouses, dándole un toque despechado como bomba de relojería que el tío osa a mezclar con un country de vaqueros, al cual el mensajero de Elvis manda a tomar por culo de forma abstracta en 'White Fence', gritando eso de ver su cerca de blanco impoluto de nuevo, como si de un jubilado sin mayores preocupaciones se tratara, sentado a verla en la oscuridad de 'No Control', situación en el que la culebra está más apacible, ya que cuando sale de su madriguera, pierde el control poseída por el mismísimo diablo, convirtiéndose el sufrimiento sectario al que el cantante ha sido sometido en el principio de la historia de Dion Lunadon como solista, obteniendo así las respuestas al porqué y de dónde viene todo lo cariacontecido, a lo que ha ayudado también el último álbum de su banda madre, "Transfixiation".