Thank - Sexghost Hellscape EP

Aunque ninguna imagen refleja su realidad, Thank son cinco amigos que vienen de Leeds, y con ello la ciudad se vuelve a poner en el punto de mira tras salir últimamente por esta palestra nombres como FEHM y Luxury, convirtiéndose por ello en la cuna de un post-punk que aquí los colegas tocan de refilón, y con el estilismo de unos Ought en vez de Eagulls, que es a lo que ambas bandas nos tenían malacostumbrados, aunque esto aquí queda en un tercer plano, por debajo principalmente de Girl Band y sus subalternos, Death Grips, rubricados ambos en su EP debut, "Sexghost Hellscape", en donde Jack, Theo, Lewis, Cameron y Freddy, de forma escalonada van aumentando el nivel gore, llevando en su interior esta buena nueva desde su título 'Taxidermist', avanzadilla marciana que sienta el paso gracias a esos vocales que parecen ser de la cosecha de Dara Kiely, llevando el mismo ritmo de manicomio que el resto de la banda de Dublín, llegando a picos punk correspondientes a Joe Galarraga (Big Ups, Fits), desarrollando la instrumentación un escudo ante el posible miedo que 'Fragile Ego' pueda tener implantado en sus retinas, tomándoselo como una broma ácida que cae con el peso de los de California intentando formar parte de la banda sonora de SAW, llevando su discurso de forma elocuente a su condición británica, trastabillándose en un baile que debe ser un viaje a lo más profundo del infierno, conjugándose garage, fuzz, noise y punk para que así sea.

'Punching Bag' se nutre del fondo de armario de finales de los 70's y principio de los 80's, cortándose con las cuerdas a cada riff endemoniado, saliendo en un acústico baterístico de las tinieblas el orador que dicta el decálogo preparado para la noche, haciendo hincapié en ciertos puntos cuando dejan caer el stoner rock sobre ellos, haciendo que al juntarse con el micrófono, el Joker no sea más que un juguete roto que necesita de 'Thank The Universe' para volver a Gotham como el rey de las tinieblas, mostrando su sonrisa al tiempo que detrás de él la industrialidad aviva esas llamas de maldad que jamás deberían haberse apagado, mostrando 'Petrol Head' la locura que embriaga a su ser, haciendo lo que les viene en gana, sin un orden establecido a la vez que se ciñen a ese patrón que irremediablemente deben guiar las cuerdas, aquí rayándose en conjunto para poder tomar el control mental de una forma hostil, viéndose afectado por su propia medicina, de ahí que se muestren incontrolables hasta el punto de creerse mantenidos en pie cuando en realidad lo que están viviendo es su propio periplo decadente, brotando la sangre de su ser hasta hacerlos desaparecer mimetizándolos con la nada.


Foto de John Jowett