La semana de Shopping llega a su final de la mano de su tercer álbum, "The Official Body", de nuevo via FatCat Records como ya ocurriera con "Why Choose" y la re-edición de "Consumer Complaints", con un tono más maduro a lo largo del mismo, abriendo la veda 'The Hype' y el bajo de Billy, la cual se deja la piel en eso de mostrar la clase atesorada todo este tiempo, instruyendo la lírica ese curso político mostrado desde sus inicios, aquí con la claridad del que ya ha crecido, y por lo tanto, sabe que las enseñanzas recibidas no son lo que deberían ser, sabiendo de que esta puede ser la última oportunidad para salir a flote y dejar de ser una oveja más del rebaño, como hace 'Wild Child', provocando que los 80's le tomen la medida a los 70's y su libertad mental, traduciéndose en una gira conjunta de pies y cadera, que aboga por el baile de coreografía, centrándose en el sci-fi de base rockera cincuentona y pompones de cheerleader, con los que no son capaces de asaltar la percusión y experimentación de 'Asking For A Friend', haciendo perder la cabeza a cualquiera con ese picking cordal que mantiene intacta la adrenalina de su antecesora, recibiendo respuesta a cada una de sus propias preguntas existenciales.
'Suddenly Come' sigue destelleando ese rollito juguetón de las cuerdas, con un tono feminista a lo Savages con el que denuncian ese sobrepasamiento de los límites, metiéndose en un loop instrumental post-punkiano que vigila las espaldas de los vocales , dejando espacio para que las cuerdas miren directamente a los ojos del que está en la pista de baile, provocando con su contoneo subido de tono a la par que desafiante, aprovechándolo 'Shave Your Head' para imponer la oscuridad desde su título, trayendo consigo una vuelta de tuerca más de los 70's e intercediendo con sus textos en que cada uno sea el único responsable de sus propias decisiones y no actuar según lo que la comidilla diga de uno, desangrando los riffs cualquier opción alternativa, no así 'Discover' y su rollo technoide, subido de libido en pro de un metrónomo que lucha para que las endorfinas de Marilyn Manson acaben derramadas por el centro de danza montado para la ocasión.
'Control Yourself' se entretiene con la intríngulis de las notas tocadas en slow motion para anunciar la mala nueva, tapando en el momento justo a los vocales, pintándole así la cara a un tema que voltea su propio ADN a base de acelerar el ritmo y desquitarse de cualquier atisbo de relajación que se hubiera podido desprender, con Andrew pidiendo control, Rachel descontrol, y Billy apoyando a su compañera de reparto a base de gritos, decantándose 'My Dads A Dancer' por la actitud de las féminas y 'New Values' por la de él, manteniendo la calma con una efusividad electrónica que se desata con un final en el que el propio batería es el que intenta impedir que se vaya al lado oscuro, llegando tarde cuando uno escucha a 'Overtime', juego de mentiras, medias verdades y gin tonics compartidos.