Body Lens ya están aquí con su debut en formato EP, titulado de forma homónima, tras habernos puesto los dientes largos hace unos meses con su "DEMOS" y más aún si cabe con los primeros singles del álbum, con 'Mikey' transportándonos a un mundo oriental en medio de finales de los 70's, pero con un sabor a Preoccupations, del cual 'Jiltz' intenta despojarse, por suerte, sin éxito, ya que incluso durante la locura a la que llevan el tema a base de punk, donde bajo un manto de oscuridad aúnan un rollo gótico que va cayendo a cuentagotas, el post-punk de los últimos Shopping también se va pronunciando al respecto.
'Value' abre el disco con un tono más alegre en la instrumentación pero aferrado a la propuesta original de su estilo y su época de creación, con Brandon eyaculando un tono que recoge el testigo de George Mitchell (Eagulls) encapsulado en la garganta de cualquier bajo de orquesta, entrando 'Fixing' en un terreno ondeado por el juego agudo de cuerdas por parte de Benny y Quim, auspiciado por las baquetas de Rebecca, manteniendo Brittney con su bajo la orden de alejamiento de una fiesta preparada por y para el baile epiléptico de Ian Curtis.
'Empty Space' corta por lo sano con su superioridad vocal beneficiándose a la instrumentación al igual que Joe Galarraga ejecuta con sus queridos Big Ups, con una entonación aquí registrada que se refuegia en las esquinas del alcohol para que las aprensiones cordales afecten al micrófono lo más mínimo posible, lo que les lleva a verse reflejados en un espejo que saca una anemia musical que dicta sentencia sobre 'Yut', volviendo por sus fueros mientras encienden todas las luces musicales posibles para no caer en ese miedo impuesto por su antecesora, de ahí que suelten una retahíla de palabras, a priori sin sentido, las cuales para ellos deben desaparecer de su vocabulario para que el mundo no se vea así regido por ellas.
Foto de Michelle Robertson