El 2017 fue el año de presentación de Fornet, y el 2018, el de un boom que no tiene fin, participando de él Sentimental Records, los cuales se han sacado de la manga un bundle para dar más bombo y platillo a dos joyas contemporáneas de post-punk como son el 7" "Winter/Milk", y el EP debut homónimo de los belgas, comandados ambos por un 'Winter' que se debe alojar en Latinoamérica por el calor que desprenden sus cuerdas, a cargo de Thibaud, Johan y Kobe, los cuales esparcen una acidez cortante de la que Thibaud se contagia, esta vez al micrófono, aunque lo justo sería decir que él es el cabecilla que está detrás de todo esto, llevándose también de calle a Mattias De Craene, el cual pone al servicio del quinteto una magia saxofonista que defenesta los ritmos que se generan a su alrededor, centrándose en sí mismo mientras detrás suyo se degracia la banda entera, recuperando la moral rápidamente en 'Milk', en donde la capa bajinal de garage corta el rollo a ese rock cincuentón tratado a su modo, con los vocales rezando más por los santos setenteros y así darle una oscuridad que busca su libertad mientras pisa por la tierra prometida de shame.
'Signed Out' se acuesta consigo mismo todas las noches, dedicándose antes el tiempo necesario para alicatarse y quedar niquelado, y lo hace a través de trazos que incluyen platillos rozados por escobillas y riffs que ponen el rock por delante de sus otras cuerdas amigas, las cuales sólo tienen en su cabeza orquestar un ruido salvaje con el que poder palpar su esencia, volteada de lado a lado por unas pausas que generan una ansiedad difuminada cuando ella y 'Lifestyle' estrechan lazos, saliendo su ramalazo Preoccupations para así volver a perpetrar su carácter y liberarse de cualquier atadura mediante el rito del jazz, ese donde los compañeros se van uniendo hasta pegarse la fiesta padre todos juntos.
El apego de los unos con los otros hace que la banda le ceda los galones iniciales de 'Moribund (a)' al sci-fi teclista de Stijn, comandando la nave nodriza para explorar un camino nuevo que al final les lleva a Roma, cediéndose el paso entre ellos como si de los mismísimos King Gizzard & The Lizard Wizard, incurriendo en todos sus pecados capitales la experimentación, razón de ser también de una 'Moonlit (b)' que cabalga enganchada a su predecesora, que pone de manifiesto a Thee Oh Sees en su perímetro estilístico, metiéndose presión con unos vocales en lo-fi que les perpetra radiofónicamente en el underground, marchándose ellos con el rollo pop ochentero a otra parte, en concreto 'Erase (I'm Alive)', besando el suelo del post-punk, pero haciendo caso omiso al clasicismo que lo envuelve, siendo las cuerdas las que deflagran el sentido construyendo una ensoñación por debajo de la catarsis que sucede en primer plano, con una pausa que se cruza con el odio en su camino, al que saben tratar, derrotar y espercir sus cenizas para no permitir que sea su guía.
📷 Leen Hoogmartens