NOUGHTS vuelven a las andadas garageras y fuzzeras en lo que es su EP homónimo debut, via Weird Place, pidiendo guerra con una vieja conocida como es 'Skew', la cual se nutre de un noise provocado por las cuerdas de la guitarra de Tom Brierley, alcanzando su hegemonía conceptual cuando Sean Christopher Marshall lo acompaña al bajo y Richard Cahill a la batería, formándose un tornado a su alrededor cuya relación con METZ es inevitable, mostrando a cara descubierta todo el poderío que encierran en su interior, lo que provoca un incendio con el que 'Trunk' se desmelena como si no hubiera un mañana, alcanzando su radio de acción a Dead Tenants, al tiempo que su sinergia los ensalza como unos guerreros que atacan por puro placer, llamando a filas a sus mercenarios para hacer el mayor daño posible, de ahí el reclutamiento de 'Barefoot Invester' y su rock pirotécnico para la causa, a la cual no dejan de seducirla las frecuencias vocales de IDLES cuando la rabia invade a Tom al micrófono en su momento álgido.
Tras un inicio dubitativo por parte de 'Rituals', donde uno tiene que mirar dos veces por si algo ha cambiado sin darse uno cuenta, se encaraman a una enredadera que roza un metal esclavizado por la logística estilística que distribuyen por lo largo y ancho de las paredes del estudio, metiéndose en una espiral instrumental que apedrea cualquier aliento de esperanza, terminando 'Feel My Eyes' de encarnizar su barbarie en carne viva a través de la volatilización de su liderazgo en pos de la hipocresía general que azota estos días, haciendo que puedas sentirles a cada instante, yendo de frente para que el daño sea aún mayor.