The C.I.A. - The C.I.A.

Siempre se ha dicho que lo primero que se pega de una persona a otra es lo malo, haciendo honor de ello Ty Segall y Denée Petracek Segall (VIAL), con el primero enjuiciando el sentido de la que es su mujer, arrastrándola al fango garagero del fuzz en The C.I.A., aventura junto a Emmett Kelly (Cairo Gang), en la que también se ve envuelto In The Red Records, sello encargado de publicar el que es su álbum debut homónimo, empezando 'Fear' con una puntualidad inglesa que se descalabra cuando los comandantes de la instrumentación cordal comienzan a llevar el tema por terrenos psicodélicos a los que la vocalista responde con el punk de manual que lleva en la sangre, provocando con ello una marea de ruido que se acelera incoherentemente para alcanzar a 'Reputation', la cual sigue con la misma sintonía horaria a cuestas, tomando aquí el conjunto tintes que les desvían hacia NOTS, evitando el lo-fi vocal de las Memphis pero entrando al trapo igualmente de una batería machacona que permuta inmutismo cuando la marea frecuencial se ve dibujada en su telesketch particular.

La calma en 'Pleasure Seeker' estaba asegurada hasta que el micrófono se mete por medio, mediante estallidos defensores a ultranza de lo que es de la mujer, al tiempo que la instrumentación se marca un rollo añejo sideral obtenido de una de las entradillas que son marca de la casa de King Gizard & The Lizard Wizard, la cual da paso a un calentón de manos y rasgadura de voz para presentar una 'Gutted' que desborda experimentación gracias a un ritmo elctrolatino que pone en entredicho el estilismo mostrado hasta ahora, alcanzando una barbarie más dura entre medias que se vuelve por momentos más gutural cuando las modas se dejan ver por el texto, ensañándose más si cabe en su versión acelerada aka 'Sedition', obteniendo una confrontación que pedían a gritos, resultando de ella un mosh de tarados efeverscentes a los que los ánimos del momento les llevan a no dejar de girar en su intento de seguir la visceral coreografía que seguro se montará en más de una casa estas navidades.

Un tempo 4x4 es la veleta de 'Power', que de modo setentero, ennegrece religiosamente los costados de una industrialidad que Girl Band aprobarían con la boca ensalivada, dejando la corriente eléctrica de lado cuando se trata de penetrar cerebros con su mensaje, el cual se va torciendo a medida que los grados de alcohol dejan la ebullición para más adelante, los cuales provocan un final endiablado que concentra las bendiciones de sus anteriores composiciones, trasbasándose éste al drum'n'bass de 'Harm Joy', que refleja una evaporación congruente de su estado de embriaguez, poniendo a su vez en riesgo la salud de la mente a través de las luces estroboscópicas que la atraviesan de principio a fin.

'Oblivion' muestra el poder concentrado de los irlandeses al tiempo que Denée le canta a un post-punk sobreexcitado que podría sonsacar las confesiones que quisiera, haciendo 'S.O.S.' de poli bueno a pesar de los cantos de sirena sectarios en un formato rebobinado maléfico, haciendo que la ouija marque la palabra 'Gunslinger', defenestando con ello a los espíritus que intentan dominarles implantando su propia realidad, aunque a veces estos hacen que el speech de la cantante alcance una velocidad diabólica que difunde abiertamente que su caso todavía no está cerrado.

📷 Scott Free for California Rocker