Los conocido como The Minneapolis Uranium Club, han abandonado el nombre su ciudad natal, quizás por aquello de haber cambiado también su sonido, y han rebajado la estridencia de éste con una majestuosa masterización en la que se pierde su esencia natural pero se gana en cuidados auditivos si uno se expone bastante tiempo a ella, pero sea como fuere, "The Cosmo Cleaners", via Static Shock Records, encuentra las fuerzas alocadas de sus miembros, Brendan Wells (voz y bajo), Teen Man (guitarra y sintetizador), Harry Wohl (guitarra) y Matt Stanger (batería), para refugiarse en 'Flashback Arrestor', donde las codiciadas bases sintéticas de R.M.F.C. y Beekepers, se dan junto a un garage fuzzeado de altos vuelos cuyos riffs se quedan marcados entre dos notas que entran en un bucle manejado por Belcebú, único que da su visto bueno para que todo tome un cariz más demente y se altere al desplegarse las cuerdas por el resto de frecuencias posibles, desbocándose todo hasta que pactan un final establecido que hace que los 50's se le aparezcan en persona a 'Definetely Infrared Radiation Sickness', entonando con ello una maduración radiactiva que derrocha desonancia por los cuatro costados, dejándose llevar por ella sin añadirle arreglos que comprometan su estructura, de ahí que necesiten que el motor de 'Grease Monkey' se ponga en marcha de nuevo enseguida y los lleve a su paraíso musical, ese en el que habita rock'n'roll taciturno que se olvida de lo que le ocurre al resto del mundo cuando está dentro de él.
'Michael's Soliloquy' es el entrante perfecto a cualquiera de sus shows, con una introducción a conciencia de lo que uno se va a encontrar en ellos, siendo a su vez, tal y como reza el título, la mejor de las terapias para que Michael nos muestre a todos que la vida hay que vivirla, haciéndolo como un Sleaford Mods más, acabando su tratado embelleciendo las propiedades del cuarteto, los cuales, impresionados, le siguen el rollo sobre un jazz experimental en 'Man Is The Loneliest Animal', pero enseguida se nota que esta forma tan lenta de tocar se les está haciendo cuesta arriba, así que la sacudida instrumental no pilla de imprevisto a nadie, por mucho que en Australia ya estén escuchando esto en domingo, saltando allí y aquí los resortes para dirigir a cualquiera hacia esa pista de baile reservada para, única y exclusivamente, quemar zapatilla, otorgando 'Geodesic Son' déjà vus a tiempos pasados que recuerden tiempos mejores, honestidad que hace que el tema, ataviado como concurso televisivo, sea una suerte de premio final en forma de segunda parte de 'Grease Monkey', en la cual se produce un viaje interplanetario que desemboca e una 'Interview With The Cosmo Cleaners'.