Italia 90

Tras unos meses esperando, ya se puede disfrutar al completo el segundo EP de los londinenses Italia 90, con el que la formación escala puestos de ansiedad entre una multitud perturbada por el revuelo que causó su primer EP, todo ello relacionado con los directos que brindan, en los que alteran aún más una sangre, ya de por si caliente por los audios de estudio, en los cuales, la cara oscura del post-punk se muestra con el toque al que Eagulls nos tiene acostumbrados en los vocales, obra aquí de Les Miserable, el cual se rodea de Georgie McVicar a la guitarra, Bobby Portrait al bajo y Joe Davies a la batería, con los cuales su sonido se enmaraña por derroteros garage y fuzz alucinógeno, dejando el rock para las pausas de 'New Factory', las cuales viajan a los años 50 cuando 'Mask Is Slipping' acapara los alavoces, empezando a desenfundar una estrategia en la que la claridad despeja las sombras creadas en su antecesora, queriéndose ganar a los seguidores de lo clásico y los de nueva ola, dando pistas 'Loud Wars' en sus inicios, de que lo único iluminado que quieren ver es el led rojo de la saturación en el estudio, llegando este a producirse cuando el noise desproporcionado, a lo que es la tranquilidad del tema, tomando el control de 'Autograph' de forma pacifista, ya que a la corta sublevación de las cuerdas sólo le supera el ataque a la médula espinal del punk vocal, explosionando todo esto de manera incontrolada en los 25 segundos que dura 'Farce', siendo 'Tourist Estate' la que propone una distensión que solo hace caso a su frontman, produciendo un shoegaze condecorado vocalmente a su imagen y semejanza.

Y todo esto no es más que la segunda parte de lo que ya sabíamos, y es que encontrarte de frente con estos tíos al son de 'On The Scene', y su serenata instrumental que bebe hasta su mitad de King Gizzard & The Lizard Wizard y de ahí en adelante de unos Preoccupations enfangados por los vocales muy al estilo de Joe Talbot (IDLES), hizo que todas mis alarmas auditivas saltaran por los aires, camino seguido de cerca por la corta pero intensa 'Untitled', donde la que la rabia y el desprecio por el oyente se emparenta con el garage lo-fi de 'Mobile Reassurance Unit', la cual aúna en su interior una industrialidad arropada por un microfóno reverberado y delayado cuyo drop fallido, no impide que su público se junte en un pogo bailable de cuya cobertura se hace eco 'Keeping My Hands Clean', una suerte de Shopping acelerados y encabronados que no tiene su final continuista por obra y gracia de 'Competition', que se entromete con las cuerdas afiladas de DIIV en 'Mire (Grant's Song)' y la angustia conceptual que ello provoca, un happy ending en toda regla.


📷 Holly Whitaker