JOHN - Nocturnal Manoeuvres

El tercer larga duración de JOHN pone a John Newton y John Healy en un escalón, en el que la gente ya debería tenerles en el pedestal que se merecen tanto ellos mismos como su música, al mismo nivel que el día que mis orejas se toparon con el dúo y mi mente explosionó, algo que siguen a rajatabla en "Nocturnal Manoeuvres", via Pets Care Records y Brace Yourself Records, entonando 'Return To Capital' un recuerdo vencido en el pasado que evoca la calma perfecta antes de que llegue la tormenta impulsiva que es 'Šibensko Powerhouse', donde la instrumentación imperativa de su batería y guitarra, respectivamente, vuelven a protagonizar intentos de garagismo y distorsión, entre el discurso de ultratumba de su cantante y ese post-rock stonerizado, que ya es marca de la casa, centrando 'A Song for Those Who Speed In Built-up Areas' sus esfuerzos en un post-punk jamás antes visto, al que enseguida atrapa la reverberación de las cuerdas (vocales y cordales), estableciendo así un alto en el camino para ver las cosas con perspectiva y evitar que se desmadren, aunque las perspectivas están para ser alteradas, y esto, el buen pogo que generan los abismos de 'Haneke’d', llevan a cualquier sala a la mayor de las explosiones, estableciendo una tensión mental entre medias del noise contundente, que no hace más que excerbar la excitación post-pandémica que su música provoca en el respetable.

'Austere Isle' es más explorativa, agrandando por ello los tiempos de respuesta entre riffs para que la sensación llena estadios sea más que evidente, apretándose las tuercas cuando la lava sale por los altavoces, golpeando a contracorriente para que el daño y el regusto que quedan, sea mayor a la par que contemplativo, algo con lo que no casa 'Jargoncutter', cuyo temperamento solo le permite seguir levantándose y mirar de frente mientras acaba con los tópicos, al tiempo que aumenta la velocidad y deja que nuestras cabezas asientan al ritmo que el señor Newton quiera, exorbitando un sentimiento al que 'Stadium Of No' no puede más que unirse, entrando nuevamente en ese trance en el que su pasajero oscuro es el comandante de todo lo que acontece, debatiéndose mínimamente con él en duelo, a sabiendas de que es una guerra perdida, ésta y la de la irónica 'Power Out For The Kingdom', en la que sus entresijos sacan a la luz el encanto vocal de IDLES y un fuego interior que se haya en su máxima expresión de candencia, no siendo hasta que 'Northwood Turret' aterriza, cuando ambos integrantes se rebelan contra su yo dictatorial y se marcan un 'Non-essential Hymn' que sí es el himno por excelencia en el que la violencia sugestiva se va a apoderar tanto del escenario como del graderío.