De Huddersfield a Leeds y de cuarteto a dúo, así es la historia detrás de Polevaulter antes de publicar su EP como tal, "Content", seguidor de "Move" e implicando el tema que da nombre al álbum a su pasado, gracias a esa vena terrorífica que les acompaña, multiplicándose aquí con una electrónica industrializada que actúa en consonancia con los vocales, asociándose a un synth-punk bailable en el que predomina la oscuridad, sufrida y envalentonada a partes iguales, confiando en la distorsión para dar el golpe definitivo, sacudida que recoge la electrificación lo-fi post-punkiana de 'Riot Dogs', superviviente a la lava instrumental que acontece a su alrededor, meciéndose el micrófono al son de una réplica de Grian Chatten (Fontaines D.C.) mientras va brotando una reverberación con la que caer a sus propios infiernos sonoros.
'Bills Bills Bills' radia a Depeche Mode en modo ralentizado para que la lírica sea su baza en el ataque, ataviándola con un efecto soñador al que le va a ser imposible ver la luz del día en ese estado depresivo, variación a contracorriente de esas luces estroboscópicas que señalan el camino a la nada, de ahí que el consuelo venga de la mano de 'Anthony's House', en donde tienen lugar las mejores fiestas de minimal techno, sin contar Tresor, invocando así a unas altas frecuencias que buscan su camino espectral, sobriedad y caballerosidad, al servicio de una delicatesen en la que las cuerdas desdoblan su personalidad en el espacio-tiempo, alcanzando con ello un upside down que llama al baile de acólitos desesperados por entrar en el círculo maldito y dejar que el diablo se deposite en el regazo de su alma, obrando misterios que esperan una salida digna sin dejar cadáveres.