Sin tener claro el si el porqué del nombre de la banda se debe a la estación de metro de Praga de mismo nombre, a una de las tres ciudades que se encuentran en la República Checa o a algo que se escapa de mis manos, lo cierto es que Opatov ya tiene su debut en largo en la calle y lleva por nombre "Bacán", que en Chile hace referencia a algo excelente, lo que le va perfecto a los nueve temas más el bonus track que componen el disco y que está editado por la gente de Famèlic Records.
La veda la abren las guitarras de 'I, Ignorant', que van mostrando un acento añejo que para el reloj en los 60's y una psicodelia con conexión directa a Temples, a la que el cuarteto de Cerdanyola del Vallès añade un ritmo de trompeta que llama a la calma entrando en simbiosis con el estilo musical referenciado, al que 'Cuático' añade un rock sucio y garagero en donde es fácil imaginarse encima del escenario a la familia Fat White Family al completo.
'Bottle Glass' abre la mirada sonora en el viejo oeste, sin ninguna chica guapa alrededor, por lo que deciden volver a donde sus compañeras de viaje antes lo dejaron, aunque se pasa de frenada y lo que nos traen es a POND en versión grunge. Ya en donde nos corresponde, 'Look Like A Fool' no escapa de unos Black Lips sobre el escenario de Woodstock '69, amén del desmadre fuzz de guitarras alucinógeno de diseño que se marcan los colegas.
'Someone Unknown' imprime un ritmo adecuado para que las guitarras desarrollen su sonido como si de Mac DeMarco se trataran, hasta que una de ellas descarrila encarando la distorsión para que el caos se apodere de la parte más surfera de nuestro ser, a lo que 'No Lo Ves' responde entonando su lado más gamberro y garagero con instrumentación de Ty Segall y vocales de The Parrots, salpicando de lleno esta locura a 'Spiders'.
'Couch On A Field' se deja llevar por el desmadre de las guitarras sureñas, del que irremediablemente se se contagia la también para volver a escena la trompeta, esta vez llegando al descalabro emocional en lo que supone una vuelta a los orígenes, esta vez a dos micrófonos para asegurar una continuidad psicodélica con 'Mad Bunch' y ese rock de medios tiempos que se mueve entre una batalla de pistolas láser y cuchillas afiladas.
'Pirates', o como ese bonus track se muestra desnudo con un lo-fi en versión demo y de vocales desfasados agudamente como haría el mismísimo King Of Cats, dejándose, eso sí, acompañarse por ese coro que hace de la despedida una celebración.