Algo más de un año ha pasado desde que el EP debut homónimo de CATHEDRALE viera la luz, y echando la vista atrás, la farándula garagera sigue ahí para Jules Maison (voz, guitarra), Robin Titube (guitarra), Félix Paineau (bajo) y Maxime Costa (batería), aunque si tiramos de comparaciones odiosas, viendo 'Bloody Cunt', ahora incluso muestran mayor desencanto consigo mismos, mezclándose con un rollo cincuentero que lo envenena de tal manera que el ver pasar por delante de sus ojos un fuzz industrial ni los inmuta, dejando que el punk al micrófono encienda la mecha que fuerce el abrasamiento que los va a llevar directos al infierno, no valiendo para nada que 'I Don't Want You To Stay At Home' intente ablandar el corazón con ese rollito popero punk que gastan también Sheer Mag, ni tampoco la falsedad de esos gritos de dolor reverberados al máximo, sonando casi elocuentes cuando visitan las altas frecuencias.
'She Keeps The Secrets' utiliza el relleno de Temples para alcanzar la psicodelia durante el trance en el que se han instaurado, produciendo una bajada de tensión de la que hasta ellos parecen dudar, llegando a mirarse los unos a los otros de manera incrédula cuando la pandereta hace acto de presencia, así que con el fin de volver a su sonido de subsidio marxista, las cuerdas tiran para que su sentido común empiece a tirar del carro, volviendo la recesión con 'Caught Out There', aunque el dream-pop que la viste encaja perfectamente con la saturación sonora con la que juega su instrumentación, instaurando los efectos vocales de aquí hasta el final, en 'Weirdo', y haciendo caso al nombre del título, se enmascaran en Godzilla antes de asaltar la banca volviéndose locos por la velocidad de crucero que obtienen a medida que los riffs se van sucediendo, pedaleando para que la locura sesentera busque a su Ty Segall personal.
'Radioactive Beach' se lanza a la pista de baile cuyos pasos son marcados por los latigazos que el cuello va dando, zarandeándose de un lado a otro para contrarrestar la carga emocional vocal, acogiéndose a la enmienda de los años 50, esa en la que si se baila, hay que hacerlo con todo el cuerpo, y así andan, que cualquiera para ahora a 'Supermarket Whore', la cual, a pesar de que beba de los derroteros del alcohol, tiene tiempo de olvidarse de las penas moviendo (a duras penas) el esqueleto.
Como si de unos viejos rockeros tratando de sacarse las castañas del fuego se tratran, 'Genius' es el impulso necesario para afrontar los últimos retoques de un photoshop que dejan a cualquiera pintado por una actitud que nunca ha perdido el norte, y que viendo este trato vejatorio que sufren, muestran todo su cabreo rayando unas cuerdas que provocan enajenaciones mentales a su paso por 'Sometimes', contemplando en su lírica recuerdos que surfean unas cuantas olas encima de la tabla de Mac DeMarco, y aunque tanta actividad física parecía pasarles factura, 'Robin's Help' culmina el disco volviendo a traer a la mente 'Sovietik', cerrando el círculo de su existencia con la mejor de las maneras.