Profligate - Somewhere Else

Noah Anthony aka Profligate (ahora junto a Elaine Kahn), tiene el honor de debutar con "Somewhere Else" nada más empezar el año, y lo hace colocando el disco que quiere en Wharf Cat Records, ese que juega con la ambientación y los sonidos industriales desde su base, aumentando la mira del sello de Brooklyn, ya que en su repertorio se pueden encontrar álbumes con destellos de electrónica, pero no uno entero dedicado para y por dicho estilo, como así pernocta desde la canción homónima al álbum, cuyo tempo relajado llama a las puertas de la electrónica experimental, dejando de este modo atrás la soledad de su voz gracias al tándem digital-analógico, entregándose de lleno a una electricidad estática incrustada en diamantes de altos quilates mientras las cuerdas provocan la alteración de la frecuencia de la sala en la que se encuentra, en la cual se puede distinguir la figura de Forest Swords, con la batería electrónica martirizando ambos mundos a base de latigazos que irrumpen con más fuerza cuando la luz del exterior penetra la barrera mental, generando rayos visuales que expanden los microsonidos de sus pensamientos hacia el infinito de cada uno, con el acabose en primer plano de una guitarra española que da la extrema unción a la locura final del sueño necrológico en el que el artista nos había inmiscuido, provocando que 'A Circle' sea capaz de jugar con la razón antes que con el corazón, de ahí la luz parpadeante y la inquietud que genera, soltando una paliza de ruido que otora la limpieza creativa necesaria para que tanto sus vocales como los de Elaine, tanto en versión original como adulterada, ni sientan ni padezcan lo que tienen por detrás, obstruyendo el paso de su antecesora, inflingiéndole el mayor de los daños al utilizar cuchillas afiladas en su interpretación, retorciéndose de una forma tan brutal, que el micrófono solo es capaz de manifestarse de nuevo cuando todo ello acaba.

La colonia de abejas que habita en 'Enlist' se aleja de la colmena al ritmo que marca la abeja reina, esa cuyos vocales se encuadran en Marilyn Manson, ordenando a su antojo aquello qué y cómo tienen que ser las cosas, las partes que deben desaparecer y en qué momento exacto, así como esa adoración en alto para marcar territorio con respecto a 'Lose A Little', cuyas aguas calmadas jazzísitcas se reavivan como brasas que juegan al despiste, con la percusión en un punto que el subconsciente revive a base de 'Black Plate' para no dejar tiempo a que la tormenta vuelva a ser anunciada.

'Jet Black (King Of The Road)' desprende destellos de austeridad polisemántica enrevesados en unos grilletes, que sin embargo no proponen ningún tipo de atadura, sucediéndose borrascas de lamentaciones que van del blanco y negro hasta el color más destelleante, no obviando en ningún momento las perversiones maléficas del mundo y las distintas expresiones que utiliza la naturaleza, en constante reinversión, para no desintegrarse en mil pedazos, aullando electricidad en 'Needle In Your Lip' para reivindicar que, pese a todo, sus latidos siguen firmes a través de sus cuatro elementos, tierra, agua, fuego y aire, envolviéndolos a todos en una encrucijada que tiene a The xx como protagonistas.

Foto de Jane Chardiet