El año pasado Palberta provocaron uno de los mayores terremotos en esto de la experimentación con su álbum debut, "Bye Bye Palberta", via Wharf Cat Records, repitiendo este año experiencia religiosa y sello con "Roach Goin' Down", dejando que 'Surfing With Berry' balancee instrumentalmente el ambiente en un juego a tres bandas, donde las cuerdas y las baquetas mandan por igual, llegando a revolucionarse un poco con el nerviosismo de ir a por el siguiente tema, el que da nombre al disco, y al que los vocales adornan con punk, siendo este un tema presidiario que atiza al angelical pop de HAIM mientras reviste su fiereza con un garage disonante al que, 'In My Fame - Jug!', entra al trapo a través de la alianza de las cuerdas, poniéndole una marcha más hasta caer rendidas a la desconsideración educativa con la que se abandonan a su suerte, todo ello mientras esperan que una de ellas reviva a las demás, levantando 'Pixels', a todas a la vez, en lo que viene siendo prima-hermana de su antecesora y que pone literalmente el grito en el cielo de ShitKid en su parafernalia, padeciéndola antes de destronar sus límites de empoderamiento con 'Cherry Baby', cuyo bajo destroza el alma de lo que se podría considerar un mal comienzo de canción, la cual reflota sin despeinarles a ellas ni a la pauta que los puritanos puedan marcar a través de su lamento y el de Björk, remando a una al tiempo que estos obtienen como respuesta el punk de 'Big Box Inn', por muy hater que pueda parecer.
'Cross It Out' es su carpe diem vocal, con los coros angelicales predispuestos en distintas zonas del terreno de juego para alcanzar así el éxtasis sectario, logrando el estatus demencial cuando se entremezclan rodeadas del garage filtrado por 'I Have Found The Ego', y esas malas compañías que les aderezan como diosas, o como dirían ellas, '#1 Fill', charanga cuyo porte deportivo celebra en su lírica el primer rellenado de vaso de la historia, ejerciendo aquí de aficionadas perversas más que de cheerleaders, sentimentalismo que parece rechazar modositamente 'Ink Of Truth', con su crítica al sistema entre unas palabras que se clavan en la pared como puñales, necesitando sacárselos antes de llegar a desangrarse con 'Jumping From Lamp To Lamp', un canallismo inseguro al que su apocalipsis riffera corta como un cuchillo recién afilado, revocando un sonido más agudo con otro más grave para derribar fachadas que a priori pudieran parecer iguales, disgusto que 'Sound Of The Beat' lleva consigo en su rockosidad, de la que beben Preoccupations y Bully, y cuyo transgénero se corresponde con un noise que no se decide por ninguna de las puertas aquí abiertas.
Con 'Ziddy' llega la percusión tribal, bailando alrededor de la hoguera mientras invocan un antídoto de cosquillas que les es concedido sin ningún tipo de penicilino al que agarrarse como antídoto, teniendo que sacrificarse 'Big Time' y su sadismo basado en El Resplandor para vovler a la normalidad, elevándose su polución eléctrica para ajustar las clavijas de un sonido que va de mayor a menor, y de cara, en 'Jaw's Return', arrollando cuando las tres galopan por los oídos del oyente, causándole una catarsis timpanera al descerrajarse con un tiro sobre la lluvia stonera que despliegan, despejándose el frente de 'Gimme Everything You Got Girl' gracias a los martinis mezclados, más que agitados, que se agolpan en la barra cabaretera del espectáculo, bajando el tono con 'Momentous Space-Up', donde se entremezclan un batiburrillo de recuerdos con grabaciones caseras bañadas en De Kift, las cuales rozan la aneurisma vomitiva en 'Palberta', tirando de cumpleaños feliz y del final de 'Gimme Everything You Got Girl' para soltar alguna que otra lagrimilla, apoyando esta moción de censura 'Fake-Out', rellenando su inacabada historia a ritmo de pop intoxicado que también afecta a 'Come Again', mientras se van lanzando piropos a diestro y siniestro, oda al repipismo que saca de sus casillas a una cuerdas que muestran su enfado y se agarran incluso a 'Rich Boy', y su (t)rap insulso, antes de dirimirse al pedir su final histriónicamente, del que 'Heaven To Rock n' Roll' hace caso omiso, prefiriendo poner algo de cordura al traer ante sí a su círculo de amigas aka The Coathangers, a la apr que van perdiendo la voz como despedida irónica.