Tras habernos llevado al paraíso de los dioses garagero, psicodélico y fuzzero con su primer single, 'I Can Fly', Wet Dreams vuelven más enrabietados si cabe en su primer 7", el denominado "Cartridge Belt", via Black Pop Records, que sacude la alfombra roja con el susodicho single gracias a los irreverentes señores Aadahl, Ottosen y Pettersen, los cuales agasajan con su sonido correoso a su frontman y deslenguado Sebastian Ulstad Olsen, el cual predica sus doctrinas con punk, como si del mismísimo Ty Segall se tratara, hasta que el efecto alucinógeno de los 60's y King Gizzard & The Lizard Wizard, impera en su instrumentación bastión y les hace volar hasta crear un efecto reverberante cordal que los devuelve a su mundo de lo-fi undergroundecido y retomar ese camino hilarante inicial que acaba empantanando el tema que da nombre al álbum, lanzándose la instrumentación contra un muro de surf ruidoso más australiano que europeo, del cual sale despedido todo aquel que no participe del pogo bailarín que gira entorno al son de unos vocales y coros que requisan toda la munición que uno pueda portar y ponerla al servicio de su comunidad.
Los cuatro jinetes del apocalipsis ponen fin a su andadura con 'Wizzard Staffing', cambiando el tono por un rock'n'roll del que Elvis participa en todo menos el descontrol sonoro que se forma a su alrededor, tratándose de una versión de karaoke en la que, el amor que fluye por el ambiente de la sala, ve como recibe un 'no' por respuesta, provocado ello por la enfatización que han puesto los riffs para mantenerlos de su lado, siendo también culpable ese momento The Parrots, el cual suscita que sus miembros sigan en un bucle de fiesta inagotable en el que las idas de olla van y vienen a su antojo.