Urochromes recogen el testigo de su EP "Night Bully" con el que es su álbum debut, "Trope House", y como no podía ser de otra forma, a través de Wharf Cat Records, con el que los de Nueva York se asientan en una comodidad que es la antítesis de 'Milieux', cuya máxima es la de dar cera, pulir cera, mientras el rock juguetón cincuentero se revuelca en el fango de R.M.F.C., marcando un camino que aquí se ve trastornado por un punk de lujos sintéticos y cordales que acaba con la paciencia de 'Rumshpringa', que ve el vaso de whisky que lleva en la mano medio vacío, resonando este por debajo de la instrumentación para incitar a su consumo y hacer que la pneumática instrumental y los riffs salgan de su escondite y recrudezcan la situación, obra que corresponde a 'Hair So Big', entramado psicótico de vocales made in Beekeepers de los que tira la batería hasta provocar que todos queden enganchados a la retranca underground de los 70's.
'Style' se adentra en una decadencia agonizante cuyo ritmo diabólico enciende la anarquía de sus miembros, poseídos por la velocidad de la luz en la instrumentación, la cual es incluso capaz de crear epilepsias sonoras a su alrededor sin importarles lo más mínimo si ello suena encaminado o desfasado, lo mismo que ocurre con el lo-fi de 'Trapped On Planet', o ese duelo de boxeadores que llegan a los puntos tras intercambiar golpes de acero inoxidable que se retuercen entre fuzz desorbitado y alt-rock, enfundándose el micrófono el traje de galán acomplejado, en este estado tras perder 'Resist Psychic Death' la capa del mismo tras un desvanecimiento contado en tercera persona, de ahí el delay y la reverberación, por uno mismo como si la cosa no fuera con él, teniendo que ayudarle a levantarse y seguir su lucha, una voz aniñada que se llena tanto de recuerdos de infancia como de la bondad perdida de sus integrantes.
Las reverencias a los encuentros sexuales más desenfadados de la época se suceden en 'Answer Me Not', cuyas luces de emergencia no son más que espejismo del fuego creado a partir del sudor que desprende la electricidad del CBGB, lo que mitiga el pudor de todo el que se pase por allí, incluso de 'Negative Thing', cortarrollos sintético cuyo declive energético deja el voltaje necesario para que sus cuentas pendientes se salven de la oscuridad, con el sinte en modo predicador para orar sus lamentos a costa de la salud pública de 'Spy In The House Of Love', descarnamiento maldito de sci-fi ochentero que encorva su sonido al de su predecesora, luchando contra si mismos para no caer en la tentación de volver al pasado y de que Eminem les haga cambiar de parecido, de ahí que 'Star Of David' se reinvente gracias al nacimiento de un nuevo miembro en la familia, el filtrado vocal alternativo vinculando su temor al líquido amniótico resbaladizo de unas cuerdas que encarnan los peligros de los miedos fantasmales, los cuales se pierden entre un mar de grillos del más allá.
📷 Harold Zijp