Depression Breakfast es la banda riot grrrl punk que en mayo de este mismo año, debutaba con una "Demo" que ponía sobre la mesa lo que su discurso protestante, el cual incluye el capitalismo, nazismo y cualquier forma masculina de arte lo-fi que atente contra la mujer, punto que en vivo se acentúa más si cabe, y que ahora nos acercan, a todos aquellos que no hemos podido (todavía) disfrutarlo, con la publicación de su álbum debut "Just Because I'm A Womxn", via To-Go Records, donde 'Lofty Thots' tiene licencia garagera para acabar con cualquier mal del mundo que se le ponga por delante, cogiendo la instrumentación la carrerilla necesaria para infectarse y soltar todo el veneno por su boca, levantándose de la resaca sintonizando 'Art Boy', rock añejo con el tono de los B Boys en modo irónico para acabar desquiciadas a más no poder, de ahí que 'Art Girl' contrarreste todos su males y les sirva de desahogo, empleando la estrategia de ILL y la belleza icónica de los gritos a coro de The Coathangers, trasladándose la fiesta a 'Type', cuyos ramalazos de testosterona baterísticos descarrilan hacia un punk de no retorno que encierra en su ser a los 50's y su fiebre por el baile en parejas, de ahí que ella y 'There's No D In Privilege' estén conjuntadas instrumentalmente, beneficiándose esta última de las vivencias de sus compañeras de viaje, con un toque de queda casi militar para llamar a su ferviente horda de fans a filas que acaben en un pogo de armas tomar.
'Professional' se nutre de una templanza casuística que trata precisamente la dificultad de mantener la mente fría sin perder la compostura, lo que va empeorando a medida que el tema vuela hacia la meta, donde les espera una libertad en solitario, que es celebrada en su final por la congregación vocal que se asemeja a Slaves, motivación que se sube al carro de 'Lose It (Art Boy II)', donde, sin llegar a la violencia, muestra su fuerza sin caer en los tópicos absurdos que mueven a la sociedad actualmente, esos presentes con los que el status de cool dista mucho de la realidad, la cual se da siendo ellas mismas, reto conseguido con el que se desmadra 'Believe Me (I'm Not Lying)', apretando el gatillo para que el feminismo se lleve la palma con un noise a su lado, capaz de extasiar el control de su cuerpo y llevarlo al punto de ser imitado por todo aquel que no vea complejos donde no los hay, dejando para los haters un mensajito con el que acabar de perturbarles más si cabe.