VV

No son NOTS tampoco son ILL, son VV, cuarteto de Virginia que centra su logística spooky en un punk sintético tratado de forma estrambótica por un estilismo coldwave electrificado, que baña el primer single del primer EP de su nueva era, "III", donde Christi se encarga del sintetizador, Kelsey de la guitarra, Liza del bajo y Rachel de la batería, manifestándose todas al micrófono en '(Ain't My First) Rageo', agarrando el original de cada métrica hasta que el terror se apodera de unos vocales que no ocultan su amor por las The Coathangers más involucradas con la causa, dejando que 'Scratch' se bañe en la sangre derramada por su antecesora y la violencia de riffs de sus propios inicios, haciéndose Christi dueña del sonido que acontece mientras provoca taquicardias que tienen su respuesta en Rachel, quien sobrecarga el sistema para que el resto estalle en alevosía y júbilo demencial, traduciéndose ambos en una catarsis de lava noisera para 'Spies', la cual utiliza su propio veneno para no bajarse de la cresta de peluquería en la que están metidas.

Con las orejas con ganas de más, no hay que olvidar que VV tuvo un pasado en el que publicaron el EP "Don't Look At Me", con el cambio de cromos de Caitlin por Christi, con la primera tocando el bajo, lo que desplazó a Liza al sintetizador, no teniendo influencia en su filosofía, como bien representa 'White Orbs', contando con una oscuridad de carácter lo-fi que 'Squonk' amplifica en su viaje por la Transilvania más rural, ironizando con la idea de miedo que la ciudad pueda dar con solo nombrarla, de ahí que si alguien quiere sentirlo en su máxima expresión, debe pasar sus oídos por 'Face Smasher', la cual consigue su objetivo al imprimirle la velocidad de Fat White Family, bug que aprovecha 'Ache' para no bajar la guardia y estancar las esperanzas de cambio antes incluso de que 'Can't Sleep At Night' se anote el tanto de dejar en graves las consecuencias de su primera fase vulcanizada, mostrando una versión de si mismas lo más catalizadora posible de la mierda recibida a lo largo de los años, no teniendo siquiera que esperar a que 'Witches Pond By Yiffing' muestre el resultado enturbiado de la historia sonora que lo acompaña.