shame - Drunk Tank Pink

El fuego que pueda producirse en el sur de Londres no tiene origen en el Brexit, sino en el segundo álbum de shame, "Drunk Tank Pink", via Dead Oceans, empezando por encender la llama 'Alphabet', placaje en la sien que nos vuelve a poner en su órbita post-punk-garagera, aquí a lo Preoccupations, hasta que Charlie, al micrófono, nos muestra el camino del punk, orquestando un menú, que para rematar la jugada, se saca de la manga unos riffs que hacen que todo se vuelva maniaco diabólico, algo de lo que 'Nigel Hitter' se aisla gracias a la retroalimentación insana de su álbum debut, elevando el paso de la chulería cuando dejan que los vocales se aprovechen de todo el espacio temporal, tramando un desbordamiento filosófico capaz de envenenarles  mientras los arroja a las fauces de su imaginario Kill Bill, enseñando  'Born In Luton' su pureza instrumental, resaltada ésta por un enjuiciamiento bucólico depresivo de sus sentimientos, atrapando en él sus mayores pesadillas en un intento por salvar su alma, alcanzando un noise nirvanero, grungeado y fuzzeado, hasta que les estalla en la cara.

Siguiendo con las comparaciones, 'March Day' refleja los riffs de IDLES, los cuales se ven endulzados por unas altas frecuencias que atrapan un regusto setentero mezclado con las radiaciones de L I T H I C S, desatando una psicodelia psicótica que, para salvaguardar la salud de todos, se hace a un lado para no aumentar la presión, distribuyéndose esta en corillos de los que todos participan activamente, aunque en 'Water In The Well', el mundo parece esconderse ante la algarabía alucinógena que se avecina, nada más lejos de la relidad, ya que cuando el pogo llamam a su puerta, sus miembros vuelven a salir de sus madrigueras para batirse en duelo por el trono, quedando sin dueño hasta que 'Snow Day' hace su aparición, ganando la melancolía de un spoken word que atenta contra los finales abiertos de los de Calgary, sintiéndose así 'Human, For A Minute'.

'Great Dog' hace oídos sordos a las caídas amorosas con un rock'n'roll que evoluciona duramente para, con el espíritu de Iggy Pop, verter su ira a través de un noise navajero que líricamente, se entromete en el dilema moral que es '6/1', mostrando que su Mr. Hyde está a quí por su Dr. Jekyll... o era viceversa? En cualquier caso su confrontación se funda con una tiniebla, que roza el excentricismo, cuando su acepción a 'Harsh Degrees' está a punto de derramar sangre a su alrededor, por su acercamiento industrial a Girl Band, placer casi militar que queda revocado en 'Station Wagon' y la ironía que queda al parecer que todo ha sido un sueño, golpeando en la sien imágenes de su sonido característico, pero que aquí se ven como excentricidades irreales apoteósicas que tienen lugar tras un letargo de 3 años.


📷 Sam Alexander-Gregg