El tío Dion Lunadon publica nuevo EP, "Memory Burn", contemplando un minutaje que conlleva esa velocidad endiablada más propia del punk, aderezado éste por el magnetismo cordal que lo rodea, optando 'Goodtimes' por una aristocracia que busca el maltrato instrumental, típico del buen Dion, quien reúne en su fortaleza psicodélica a JOHN, bastiones que acercan el ruido a ese ente democrático que declama la lírica en un ambiente setentero todal, algo que también reina en 'New York', rock de resaca al que le molesta cualquier foco venido de fuera, centrando el tiro en ese estado de Pulp Fiction con el que sus pies son dirigidos acorde con los riffs de distorsiones agudas, esas que escupen sangre por las manos hasta llegar a 'Out In My World', garage matutino que se enturbia en terrenos de un punk diabólico, el cual cocina una venganza a fuego lento en Woodstock del 69, acortando sus plegarias y lamentaciones para que el rollo desesperado de 'Get Back To You' los sentencie a una conversión animal filtrada y reverberada, con la que alcanzar una bipolaridad bordada por unos barbitúricos expropiados de 'Hollywood Blues', donde la espada corporativa se sigue blandiendo con un punto menos de intensidad, lo cual permite mostrar más las texturas y las costuras de sus pensamientos, al tiempo que nuestro protagonista se mueve por la pista de baile como un engendro halloweeniense precipitándose al vacio, en lo que para 'Zenith Forever' es una invocación en toda regla a A Place To Bury Strangers, vomitando su encanto por el escenario con el fin de alcanzar un mosh pit circular con el que coronar esta celebración pagana.