Canela Party 2024

Mi vuelta al ruedo al Canela Party ha sucedido 6 años después, aunque pensándolo bien no me explico mi ausencia estos últimos años, pero sea como fuere, pude atender los dos últimos días de festival de cabo a garras, empezando el viernes con Orina, quienes impregnaron de no wave Torremolinos, incendiando su versión en directo de temas como 'Parkour' o 'Guerra Nuclear', hits salvajes instantáneos maridados con el sentimentalismo reflajado en esa historia de amor imposible del vecino y la cajera del Eroski, bonita forma de dar paso a Finale, cuya actuación la tenía fresca, pero no por haberlos visto antes uno tiene que dejar de escapar la ocasión de vivir una locura en vivo, la cual está directamente asociada con el punk underground, donde el frontman disocia el programa para darnos una intervención que hacen del show una adición necesaria, como el de Lisabö, caña de la buena con dos baterías y unas cuerdas cuyos retazos de post-rock y hardcore, son para estudiarlos y llevarlos a las escuelas, calentando aún más el caldeado ambiente, llevándonos por un trayecto en el que es imposible no despegar los pies del suelo, algo que tienen en común con Cloud Nothings, simplimente espectaculares, trayendo sus últimos temas y aquellos éxitos rotundos, como 'I'm Not Part Of Me', 'Stay Useless', acompañando a 'Wasted Days' como final legendario de esos que no se olvidan, acortando la versión conocida además de implicar las cuerdas más intensamente, mientras hacen de las suyas para que la explosión generada cree una onda expansiva que cazo hasta el más desprevenido.

Wednesday, de forma contraria a como dice el dicho, más que callando, las matan gritando, junto con ramalazos de creek rock endiablados, que hacen que de repente la tarde se oscurezca por completo, emplzando también el shoegaze a una distorsión con la que llega el éxtasis, eso y porque Protomartyr se ponen al frente del escenario, el cual se comen a bocados, notándose lo rodados de una gira que para ellos llegaba a su fin, concebiendo aquello de vini, vidi, vinci, alterando así el ritmo cardiaco de aquellos que se pensaban que esto iba solo de post-punk, entrando así en la vereda de METZ, cuyo sólo acto de presencia, como hijos pródigos del festival, ya vaticinaba lo que iba a ocurrir, despojando la margarita por cuarta vez con temas de ayer y hoy, haciendo mención especial a esa primera canción que tocaron al estrenarse, 'Get Off', estallando todo por su propio jardín, lo que nos lleva a Model/Actriz y ese levitamiento de faldas que provocó, a quienes no están acostumbrados a que un cantante como Cole Haden pasee su industrialidad fuera del escenario, delirios de nobleza con los que sacar los primeros pasos prohibidos de la noche, esos que daban paso a Gilla Band, cuyo horario tardío perjudicó un poco más de la cuenta a su cantante Dara Kiely, el cual, dicho sea de paso, mostró en todo momento su profesionalidad, lo que hace que sigan sin tener rival sonoro, menos aún cuando 'Why They Hide Their Bodies Under My Garage' se erige como cierre de un delirio colectivo que puso el punto y seguido.

El sábado, el día del pitote, Yawners hizo que todo fuera abrasador, desde los disfraces, pasando por la tempertura ambiente, hasta ese rock de riffs que pisan el acelerador para que, quien más y quien menos, caiga en su red arácnida con temas como 'La Escalera', himno nacional que no se le escapa a nadie, yéndose todo de madre nuevamente al son de Prison Affair, cuyo egg-punk no se lo perdían desde la retaguardia ni los Cloud Nothings, lo que ya avisaba de todo lo que se venía encima, incluyendo inmediatamente en la ecuación a sus colegas de split, Snooper, mostrándose los de Nashville incombustibles, una vez se solucionaron sus problemas de baja tensión, ya que la alta era cosa suya, bendita electrificación que enseguida busca el contacto del público para electrificarlos y llevarlos al terreno de la perdición sonora, sin fisuras, como Cala Vento, implacables a la hora de componer hits de indie rock, con los canadienses Home Front elevando la apuesta en lo que a este estilismo se refiere, quienes le deben a su cantante, Graeme MacKinnon, el deber de ir de menos a más, pero siempre de la mano junto con esos devotos espectadores, para los cuales, no eran esos extraños de La Vida Es Un Mus Discos.


El revival del festival lo ponían Superchunk, quienes afrontan este vida extra como si estuvieran al principio de su carrera, sabiéndose protagonistas, pero sin darle la mayor de las importancias, integrándose así como una parte más de un todo de celebración, tal y como hicieron unos inconmesurables Triángulo de Amor Bizarro, los cuales dispusieron de una magnífica oportunidad de repasar sus 20 años de carrera, algo que no se podrá ver en salas como tal, así que había que quemar la suela, algo que lograron desde el momento cero, emplazando a 'Vigilantes del Espejo' a poner su estrella en el firmamento, junto a la de Sheer Mag, los cuales, asustados al principio, entendieron que esto no iba de canciones perfectamente tocadas y sí de pasarlo bien, algo que llevó a su frontwoman, Tina Halladay, a desmlenarse y entrar en total sinergia con el público, momento perfecto para reponer fuerzas y recibir con los brazos abiertos a los héroes de la noche, Show Me The Body, reivindicativos y con ganas de no callerse nada de nada, de ahí que escogieran muchos de esos temas que primero ponen la mecha antes de estallar en mil pedazos, léase 'Metallic Taste' o 'Arcanum', aunque hubo otros cuyo comportamiento se produce al revés, siendo 'It Burns' uno de los ejemplos más explícitos, pero nada como 'Camp Orchestra' para poner el broche de oro final.


📷 Retratando Voces